El legado dorado continúa y teje raíces para una justiciera infinita . Crítica de “Wonder Woman 1984”
La cineasta Patty Jenkins extiende el universo heróico que rodea a la Mujer Maravilla a pura adrenalina y emoción
Florencia Fico
La secuela de la realizadora Patty Jenkins inaugura un nuevo espacio para volver a conectarse y vibrar con la superheroína Wonder Woman, en la inconfundible Gal Gadot; quien ya se establece como ícono a la par de Lynda Carter. Por. Florencia Fico.
El argumento de la película estadounidense “Wonder Woman 1984” se da en la época de Guerra Fría, Diana Prince, más conocida como Wonder Woman, se opone al mercenario empresario Maxwell Lord y a su vieja supervillana Barbara Minerva o Cheetah, una enemiga que porta fuerza y poderes sobrehumanos.
La película Wonder Woman 1984 tiene una forma de grabación casi de los 80′ es muy espaciosa y pausada. Los personajes están bien caracterizados. Musicalmente es básica y simplona. El arco argumental está súper cargado lo que deja sin aire al espectador. Aunque mantiene la atención con más detalles de la historia previa de Wonder Woman en la Isla de Temiscira, el avión invisible y los relatos mitológicos de su tierra de origen y los valores de su entrenamiento como amazona.
El actor Pedro Pascal en la piel de Max Lorf es un villano destacable y una impecable antiheroína compuesta por la artista Kristen Wiig como Cheetah.
La actriz Gal Gadot es y será Wonder Woman como Lynda Carter. Ambas tanto en los 80′ y en el nuevo milenio abrazan y sellan sus interpretaciones con mérito, dignidad y poder.
Chris Pine personifica a la mitad su papel como el piloto y enamorado de Wonder Woman; Steve Trevor; sin embargo le pone simpatía.
La directora Patty Jenkins incrementa el volumen del universo DC. El guión da una chance para seguir en la lucha contra el acoso y el abuso; la tiranía. Juega con la memoria emotiva de una protagonista que quedará para siempre en la memoria y subirá una bandera emponderada. Con algunos giños políticos necesarios para la realizadora quizá no para el público.
La fotografía de Matthew Jensen emplea planos aéreos panorámicos que enaltecen los actos de persecución, captura con traveling y grúas los impactantes combates y deja espacio para los efectos especiales que inundan la pantalla.
El encargado de la musicalización Hans Zimmer no ofrece la atmósfera ochentera que proponía con el tráiler y el tema electrónico – disco Blue Monday de New Order. Sólo unas sesiones de ópera típicas de superhéroes.