La década del `80. Nos entregó grandes clásicos. Hoy en día usada para ambientar series y películas gracias al resurgimiento de la cultura Pop.
Claro que situar un film en esa década de esplendor no es suficiente.
Luego del éxito que tuvo el reboot la directora Patty Jenkins pareció dormirse en los laureles.
WW84 es rutinaria. Un viaje lineal y algo tedioso, por momentos, por la vida de Diana Prince (Gal Gadot). Lo que en la primera entrega fue un acierto (Diana descubriendo el mundo luego de una vida entre Amazonas) en esta entrega es una repetición. Cambiar de época -antes fue la Primera Guerra Mundial- no es suficiente para contar (la misma) una historia. Apelar a la nostalgia puede servir como recurso, pero no como sustento principal.
Los villanos no ayudan. Maxwell Lord (Pedro Pascal) utiliza una antigüedad arqueológica para transformar deseos en realidad. Y cuál campaña de concientización esa situación parece transformarse en una metáfora de una “mala” y “salvaje” sociedad de consumo. Barbara Minerva/Cheetah (Kristen Wiig) hace un buen papel cómo una Barbara tímida pero las cosas no salen bien cuando se transforma en Cheetah. Y no solo por la forma, sino sobre todo porque el personajes “digitalizados” es casi cómico.
En el haber nos contentamos con Gal Gadot. Si bien la llevan a un lugar incómodo, ella sale bien parada. Cumple el rol en las dos facetas (Diana/Wonder Woman). También es justo decir que el comienzo del film es atractivo y no olvidemos las apariciones de Steve Trevor (Chris Pine) que traen algo de gracia y saca lo mejor de Gal Gadot. Sin dudas hacen buena dupla.
En definitiva el inconveniente más importante está en no definir que tipo de historia contar. ¿Hacer una crítica social? ¿Ser una comedia romántica ligera? ¿Convertirse en una film de acción? Pulular entre todos ellos no fue buena idea.