Fedra Abrahan tiene 40 años y hace siete que viaje a Perú para conectarse y aprender acerca de la sabiduría ancestral de los curanderos de los pueblos de la región. Este viaje es diferente, acaba de fallecer su padre y decide atravesar el duelo en la selva amazónica y en la montaña peruana, realizando diversos rituales de sanación, limpieza y purificación con ceremonias de plantas maestras, ayunos y búsqueda de visión. El proceso es duro, pero ella está dispuesta a convertirse en Mujer Medicina.