Desde el título, aquí hay algo que altera el orden habitual. El tradicional consejo de ponerse en el lugar del otro se junta con un experimento científico para captar pensamientos ajenos, que entra en cortocircuito por el mal humor de una mujer cansada del marido. El resultado es que ahora él está dentro del cuerpo de ella, y viceversa. Grave problema: ella está dentro de un neurocirujano de barba crecida pero no tiene idea de neurocirugía, y él está dentro de una muy femenina presentadora de televisión pero no sabe ni caminar con tacos altos. Y cada uno debe ir sin falta al trabajo. ¿Podrán ahora entenderse mutuamente?
Tal es el esquema inicial de esta comedia italiana donde la mutación de cuerpos no surge de un modo mágico, estilo norteamericano, sino de un modo "tutto scientifico", mediante un aparato casero con bujías. Esto, además de resolver teóricamente el agotamiento de la vida conyugal, agrega una intriga más, porque a cierta altura alguien se apodera del proyecto y nuestros personajes podrían quedar para siempre en la calle y con los cuerpos cambiados.
Nombres a tener en cuenta, las libretistas Giulia Steigerwalt y Carmen Danza, el director debutante Simone Godano, la atractiva Kasia Smutniak, que hace un gran trabajo, y Pierfrancesco Favino (el general Glozelle de "El príncipe Caspian"). Se pasa el rato, y se aprecian unas certeras observaciones sobre la meneada diferencia entre hombres y mujeres, los secretos de cada quien y otras cuestiones de género que hacen la vida más entretenida.