Es floja MUJERES AL ATAQUE No, más bien es mala. No, mala no: muy mala. De lo más flojo que vi en comedias en los últimos tiempos. Una aclaración importante: no tengo ningún prurito con el género, no iba esperando una película del montón. De hecho, me encontré con un conocido en la función de prensa que me preguntó porqué venía a ver una película como ésta pudiendo elegir sobre qué escribir críticas y la verdad es que la fui a ver porque tenía ganas, porque me gustan las comedias (románticas o no) y porque el elenco me parecía atractivo.
Pero no. Tras un comienzo flojito pero simpático la película empieza a caer a un precipicio eterno sin retorno posible. Y más allá de todos los esfuerzos de Cameron Díaz y, especialmente, de Leslie Mann, no hay forma de salvar el asunto. La trama es sencilla. Díaz encarna a una abogada neoyorquina que está de novia con un empresario (Nikolaj Coster-Waldau, de GAME OF THRONES). Todo marcha bien, pero un día –ante una visita sorpresa a su casa– descubre que en realidad el hombre está casado. Su esposa (Mann) la va a confrontar pero terminan volviéndose compinches a la fuerza. Y, cuando descubren que el hombre tiene otra amante más, entre ambas intentan boicotear su vida.
Las desventuras de las dos mujeres (a las que luego se les une la bella y voluptuosa modelo Kate Upton, la otra amante) conforman el centro de la acción que consiste en una larga serie de equívocos, situaciones de exceso de consumo alcohólico, varias bromas muy básicas con un perro y escenas de un humor tan pero tan viejo que yo ya creía olvidado. Sí, planos en cámara lenta, montajes musicales y chistecitos de mal programa televisivo de los ’80.
OTHERWOMANSi bien es cierto que el cine de Nick Cassavetes no tiene mucho que ver con el del padre, sus películas previas (desde CUANDO VUELVE EL AMOR a las más comerciales DIARIO DE UNA PASION o LA DECISION MAS DIFICIL) no hacían prever un filme tan pero tan mediocre que parece haberse dirigido a distancia. Hasta Díaz –que ha hecho unas cuantas comedias absurdas– parece un poco avergonzada por muchas de las situaciones que su personaje debe atravesar. La única que “se puso la camiseta” de la película es la esforzada Mann, pero su “transpiración”, lamentablemente, no hacen más que volver a la película más y más irritante.
Al margen de su mensaje falsamente feminista (mujeres que se unen y organizan pero solo para vengarse del hombre del que dependen), la película falla por casi todos los costados: no es graciosa, no aprovecha la comicidad de la usualmente notable Díaz, no es lo suficientemente delirante como para apostar por un registro absurdo y está filmada con los ojos cerrados. Una pena. De las comedias más fallidas que vi en años…