Está visto que Hollywood, en vez de mejorar, sólo se dedica a crear vicios nuevos y volverlos recurrentes. Si antes teníamos una generación de directores formados en la MTV que se enviciaron con los cortes rápidos y convirtieron a las escenas de acción en secuencias convulsivas, después tuvimos la moda de las innecesarias remakes / secuelas, las adaptaciones de cualquier bobada televisiva al formato cinematográfico, los intentos de crear franquicias a partir de cualquier marca / producto reconocido preexistente (¿para cuando la película de McDonalds?), la moda de las franquicias vampiricas y/o fantásticas adolescentes, la ola de las trilogías, los reboots, y quién sabe cuántas estupideces mas. Y la última que se agrega a la lista es la de despedir a la gente que ha creado un inesperado éxito, contratando a tipos mas baratos para hacer la secuela. No sólo es negarle la gloria merecida (es como si la Fox hubiera echado a George Lucas ni bien hizo el taquillazo de La Guerra de las Galaxias), sino que es contratar gente de menor nivel para continuar la obra iniciada. Los casos de este tipo lamentablemente han comenzado a abundar: recordemos cómo fletaron a la directora Catherine Hardwicke después de haberse anotado un poroto con Crepúsculo (que dicho sea de paso, es el único filme digerible de la franquicia); o cómo volaron a James Franco y Rupert Wyatt de la nueva saga de El Planeta de los Simios; o cómo estuvieron a punto de echar a Marc Webb de la secuela de El Sorprendente Hombre Araña. ¿Qué diantres les pasa? ¿Tan miserables son que no quieren pagarles unos millones extra a los que descubrieron pepitas de oro en el barro?.
La última abominación de semejante tendencia es Muppets 2: Los Más Buscados. En lo personal, me encantaba El Show de los Muppets, pero siempre consideré que las películas de los muñecos eran demasiado pesadas. La versión 2011 de Los Muppets resultó ser sorprendentemente inteligente, llena de chispa y chistes nuevos, y capaz de remontar todos los prejuicios preexistentes. Por contra, la gente de Disney fletó a Jason Segel - fan reconocido de la saga, escritor y protagonista del filme del 2011 - y rearmó el equipo creativo con los tipos remanentes - director James Bobin, libretista Nicholas Stoller -. El resultado final es un plomo denso y estirado que dura dos horas y carece de gracia. Atrás quedaron los chistes surrealistas, los homenajes y el humor ácido; acá todo es insípido, plagado de insufribles canciones y personajes sin comicidad. Y el problema de fondo no es que la historia sea remanida, sino que esta regurgitación es incapaz de ponerle algo de condimento como para arrancar siquiera alguna sonrisa.
La historia es una demasiado conocida: hay un tipo malo que tiene el mismo rostro que uno bueno - en este caso, el de la rana René o Kermit para los anglosajones -, y toma su lugar, mandando al inocente a la cárcel. Su socio en la conspiración es el nuevo productor de los Muppets, Dominic Maltipo (o Badguy in english), el que monta una gira de los muñecos por las principales capitales europeas en teatros estratégicamente ubicados al lado de lujosos museos, los cuales alojan los mas costosos tesoros del planeta. Mientras despliegan la función, Badguy y la rana malvada se escabullen de los teatros para atracar los museos, usando al teatro como su coartada perfecta. Mientras tanto René ha terminado en un Gulag en Siberia - comandado con puño de hierro por Tina Fey -, y siendo intimidado por los temibles reclusos del lugar, entre cuyo stock figura Danny Trejo y Ray Liotta. Tres de los Muppets descubren la verdad y se van a Siberia para liberar a René, con lo cual deben llegar a tiempo para descubrir el estofado antes que la rana malvada y Ricky Gervais pongan sus manos sobre las joyas de la corona. Todo esto con mucho despliegue de escenarios turisticos y toneladas de canciones soporíferas.
Las tonadas aburridas no son el único problema de Muppets 2: Los Más Buscados. El humor del libreto es demasiado ñoño, los cameos son demasiado desabridos, y los tipos de carne y hueso que ocupan mas tiempo en pantalla no tienen ni una maldita oportunidad para lucirse. Por ejemplo, la participación de Ray Liotta y Danny Trejo como reclusos del Gulag está criminalmente desperdiciada - y eso que cantan y hacen ballet! -; Ricky Gervais jamás tiene chance de hacer algo interesante con su villano; y el único que amenaza con condimentar las cosas es el habitualmente insípido Ty Burrell, el que aquí sintoniza al inspector Clouseau de Peter Sellers con gran altura... lástima que las participaciones de Burrell son demasiado breves y espaciadas.
Muppets 2: Los Más Buscados es sobreproducido material directo a video. No califica para blockbuster ni ahí; carece de vuelo y, como es rutinaria, decidieron meterle dos toneladas de relleno con música y canciones, las cuales son un plomo mayúsculo. En todo caso, es mediocridad presentada en envase de lujo, la cual intenta vendernos algo de un supuesto nivel que no se compadece con la calidad del producto final.