Tras la pista de René
En 2011 -aquí en 2012-, el relanzamiento de Los Muppets en el cine fue con una película extraordinaria, maravillosa, tocada a pleno por la gracia del cine. No solamente volvían Los Muppets, sino que lo hacían en una película sobre regresar y que remitía a la primera película de estos personajes en la gran pantalla: Llegan los Muppets (1979). La segunda de esos años fue La gran aventura de los Muppets (The Great Muppet Caper), una farsa policial sobre un robo de joyas en Londres.
Muppets 2: los más buscados sigue la línea fundacional: continúa a Los Muppets 2011 con una farsa policial que primero pasa por Berlín, Madrid y Dublín, pero termina en Londres. Engaños, sustituciones y planes con un show deforme de fondo. Contar más el argumento sería tedioso y traicionaría esta película, que se enciende desde la primera y maravillosa secuencia musical, con uno de esos números de autoconciencia narrativa marca registrada Muppet que ya quisieran lograr muchos cineastas cuyo máximo horizonte para buscar la reflexión del cine sobre sí mismo es mentar a Godard de forma holgazana.
En ese primer musical de Muppets 2 tenemos un despliegue coreográfico esplendoroso, una canción con uno o dos chistes por línea y, claro, ese movimiento Muppet que multiplica instantáneamente la alegría, la risa, el placer de estar ingresando a un mundo mullido a la vez que cargado de filo e inventiva para el humor. En este punto, una aclaración no menor: para hacer esta crítica, la película fue vista en una privada de prensa en la que se exhibió la versión original subtitulada, y la última información de la distribuidora es que se estrenará sólo en versión doblada. Por lo tanto, este texto no se hace responsable de que algunos chistes se pierdan en el doblaje (y hay muchos que dependen de cómo se doblen). Con la película de 2011 se produjo una campaña en Twitter que logró que se ofrecieran algunas funciones de la película en versión subtitulada, pero lamentablemente no funcionaron en la taquilla.
Hecha la aclaración, Muppets 2 es una película de lujo en el panorama de películas aptas para todo público. Los Muppets son una de las grandes creaciones de la cultura del siglo XX, y gracias al cuidado amoroso de los nuevos responsables Bobin-Stoller-McKenzie (director, guionista y autor de las nuevas canciones) han adaptado su formato al siglo XXI con enorme eficacia: mediante un lujo cinematográfico como la película de 2011 y ahora con un muy buen relato de diversas líneas planteadas a gran velocidad, sobre todo en su primera parte. Hay atractivos personajes humanos (en especial los interpretados por Ricky Gervais y Tina Fey); hay un personaje de felpa superior, como Constantine; hay cameos al por mayor, y hay algunas canciones memorables, como la de apertura, "I'm Number One" y "I'll Get What You Want (Cockatoo In Malibu)". Y, sobre todo, hay mucho humor basado en el timing de los diálogos y en la inventiva desatada como condimento esencial de situaciones genéricas enriquecidas por el amor al cine y por las posibilidades que otorgan los muñecos más expresivos de todos los tiempos. Es evidente que Muppets 2 no llega a los picos emocionales y no posee la unidad temática de la película de 2011, pero su apuesta es otra: la comedia (musical) con trama policial, combinación que muy pocas veces sale bien, y menos aún con este coeficiente de felicidad.