Mundo muppet
Los muppets tienen un aura especial, de ese que está reservado sólo a algunas cosas realmente buenas. Una especie de energía contenida que hace pensar que lo que están mostrando es sólo la punta del iceberg que reposa en una base de un millón de ideas. Uno puede rastrear o al menos imaginar la gran influencia de los muñecos de Jim Henson en la cultura norteamericana y mundial, podemos visualizar a un joven Matt Groening viendo a Kermit y su banda y lo mismo con los muchachos de Pixar. El punto es que pareciera que todo lo que tiene que ver con estos maravillosos personajes es bueno, y el caso de Muppets 2: los más buscados no es la excepción.
La película arranca inmediatamente después del fin de la última entrega, rápidamente Kermit y compañía deciden qué van a hacer en el futuro (canción genial mediante), y también con mucha rapidez son engañados por un falso manager que los utilizará para cometer unos cuantos crímenes por Europa. Bobin se encarga de que la acción no se detenga nunca, lo cual ya es un clásico muppet; el esquema es muy simple: o pasa algo o se resuelve con un chiste o ambas cosas. Además de la gran cantidad de cameos, los tres secundarios que son los personajes humanos que interactúan la mayor cantidad de tiempo con los muppets están excelentes. Me refiero a Ricky Gervais, Ty Burrel y Tina Fey, quien por ahí confiesa un profundo amor secreto por Kermit, haciéndonos recordar un segundo a su gran Liz Lemon de 30 rock.
Quizás la principal diferencia con su antecesora inmediata (una obra maestra) es que claramente esta secuela es bastante menos emotiva, y esto se debe sin duda a la historia que se pretende contar. Mientras que la película con Jason Segel hablaba de la melancolía y exploraba las tensiones entre el mundo real y el mundo muppet, Muppets 2 se entrega de lleno al argumento de policial ridículo sin miramientos, por lo cual el resultado es una buenísima comedia de intriga internacional con los muppets y nada más. Y ese resultado no está nada mal, no todos los films pueden tener a Jason Segel como protagonista ni apelar a la profundidad y a la emotividad. Bobin demuestra que mientras se tenga cariño por estos muñecos se puede hacer cualquier cosa con ellos que va a salir bien.
Los muppets también son una tentación para hablar de lo mucho que entienden en Estados Unidos de humor y entretenimiento, y de lo poco que entendemos nosotros al respecto (o mejor dicho el gran público, no tengo por qué incluirme entre esos paganos). Pero aquí en el sur no podemos superar la supuesta genialidad de Olmedo, y terminamos regodeándonos en alguna pavada de Suar. Un día Estados Unidos va a ganar el mundial de fútbol con una selección de muppets y nosotros seguiremos hablando de Bilardo.