Paredes que hablan
Murales: El Principio de las Cosas (2016) es un documental guionado y dirigido por Francisco Mattiozi Solinas, y a pesar de destacarse por proponer una estructura documental fragmentada, no lineal y narrativa, podría pensarse como una película de cierre, por lo menos de una parte de la vida del autor.
Durante la dictadura militar, Francisco perdió a sus cinco tíos, por el nombre de uno de ellos “Pancho” es que él fue bautizado así. Aquí el nombre funciona como significante y a modo de hilo conductor de reconstrucción de la memoria.
El documental apela a imágenes de archivo, voz en off e historias cruzadas que, lejos del golpe bajo, intentan narrar la actividad política de un grupo de ex presos. Los muralistas se encargan de escribir, en las calles de la ciudad, los nombres de los desaparecidos. Aquí, un primer plano al nombre de su tío funciona como elemento de reconstrucción de la historia.
Si bien las actividades de los muralistas son la línea argumentativa principal, el documental está acompañado del leit motiv de la mudanza. Es así como el protagonista va cambiando de casa a lo largo de todo el documental como metáfora quizás de la necesidad de encontrarse a sí mismo.
Otra subtrama que funcionará en la ficción es su necesidad de cruzar nadando el Río Paraná, hazaña tan difícil como la de lograr terminar un documental que le lleva ocho años. Esta particularidad convierte al documental en una meta-narración donde el interés está puesto en una reflexión acerca del hacer del film y de todos los documentales en general.
Con la desfragmentación y el caos como premisa, Mattiozi Solinas nos lleva de la mano por 66 minutos a un paseo por la memoria, por la reivindicación del nombre, de todos los nombres y pese a su inherente pérdida de linealidad el documental logra ser una entretenida muestra de cómo recuperar la memoria a través de la ficción y la originalidad.