Voy a ser breve, esta peli hay que verla centrándose en quién mira, y qué mira. Allí esta todo su rico juego, o gran parte de él.
Nos encontramos con un personaje que trabaja en un museo y conoce no solo las obras, sino a la gente que ve las obras. El otro personaje, femenino este, pasa muchas horas en el museo últimamente. Hace tiempo allí, se arma una amistad con la persona que mencionamos antes. Y miran obras. Obras de arte en todos lados. ¿Qué es un obra de arte? ¿Qué es arte? Qué muestra el autor y qué ve el espectador. Con eso se juega.
Además, tenemos hasta una clase de Pieter Brueghel, que enriquece todo este relato sobre el recorte, y esta peli recorta los cuadros en el encuadre, juega con los pedazos de las obras, con obras relatadas y vistas, y algunas relatadas pero que el espectador se tiene que imaginar, como se las tiene que imaginar aquella mujer que esta en coma.
Y cada uno tiene su propia mirada. Y la subjetividad esta a la orden del día.
También veremos otras personas, diferentes todas, como las obras de arte. Algunas dan ganas de conocerlas un poco más.
Y ya dije mucho, para una peli que será mucho más rica para aquél que más sepa sobre pintura, escultura, etc. Pero que no dejara de tener interés para el que no, siempre y cuando no esperen algo encasillado en un ritmo rápido con acciones turbulentas. Acá la cosa viene de contemplación, como cuando vamos a un museo.