¿Algún día seremos mejor que esto?
Música, amigos y fiesta (We Are Your Friends) es la ópera prima de Max Joseph, y uno de sus principales argumentos es que para triunfar como DJ no se necesita más que una laptop, talento (apenas) y un sonido pegadizo. Y justamente ese toque pegadizo es lo que le falta a esta película, lo que caracterizaría a cualquier película del género musical.
Música, amigos y fiesta es un producto exclusivamente para fanáticos de la música electrónica, y no se gasta en que sea mirable para el resto de los seres humanos, a partir de una historia que nos muestra los sueños de un chico por llegar a ser un famosos DJ y quien consigue la protección de otro ya consagrado y problemático. Ese chico es Cole Carter (Zac Efron) quien con nada para hacer abandona el colegio y se dedica a ser DJ en un club de Los Ángeles. Una noche conoce a James (Wes Bentley), un veterano DJ que lo invita a una fiesta que posteriormente se convierte en una mañana de resaca.
Producto de su paso por la televisión para millennials el trabajo de Joseph podría haber tenido mucha más fuerza. Sobre todo hacia el final, cuando Carter sufre una experiencia reveladora que lo obliga a replantear su camino.
El trabajo de Efron es normal, ni tan lejos ni tan cerca de aquellos en los que se ha desenvuelto en su carrera. Posiblemente la actuación de Emily Ratajkowski sea la más destacable, gracias a su mirada atractiva y movimientos sensuales.
Durante poco más de 90 minutos, el film nos ofrece algunos detalles que permiten no condenarla al fracaso artístico, como ser una escena en la que Efron mezcla su concepto de la música electrónica con explicaciones sobre las pulsaciones por minuto y I Think I Like It de Fake Blood. Es eso lo que nos lleva a pensar que se haya concebido para dirigirse a un nicho en especial, y debemos decir que desde ese punto de vista es capaz de conectar con el público juvenil.