Alejandro Tazo (Pablo Cerda), chileno, viaja a Nashville, Estados Unidos, siguiendo un amor. Y se encontrará con que las cosas no son tan fáciles ni tan previsibles ni tan lineales (tampoco la película nos informa todo esto en este orden), y que ser extranjero implica cierto grado de alienación. Y que definirse allí como fan de Johnny Cash es como confesar que se respira oxígeno. Y que hablar el idioma del otro genera mucho cansancio. Fuguet, que en Velódromo (2010) había hecho mover a su protagonista (también Pablo Cerda) por Santiago en bicicleta, aquí lo detiene en la ciudad del country. Sin embargo, ese estatismo no significa para el escritor y director chileno la inmovilización narrativa. Tazo quiere trabajar, conocer gente, hacer que su viaje valga la pena.