En un pueblo remoto de Turquía, cinco adolescentes crecen en un entorno familiar obsesionado con los valores de la tradición, en especial proteger la virginidad de la mujer. Bajo la dirección de la más joven Lale, las niñas desobedecen a su familia; esta lucha por liberarse se convertirá en un encantador intento de rebeldía, en una magnífica y conmovedora historia que involucra el pasado y el presente en la Turquía moderna.
Si les digo un film turco (aunque es una co-producción entre Turquía, Francia y Alemania), sobre un grupo de hermanas oprimidas por los extremos valores tradicionales de dicho país, más de uno se replanteará seriamente el ver esta película, por algún prejuicio. No lector, hágame caso y siga leyendo.
Casi imitando el comportamiento de las chicas protagonistas de la película, la directora Deniz Gamze Ergüven trata de alejarse del aspecto conservador que se mal prejuzga del cine proveniente de estos países, y lo hace mucho más cercano a un público general, mostrando sin caer (demasiado) en los golpes bajos, lo que tienen que padecer las mujeres que nacen en familias tan aferradas a viejas culturas.
Así es como se nos presenta esta especie de Las Vírgenes Suicidas turca, con un grupo de chicas casi sometidas por el mandato familiar, y que intentarán revelarse a su modo, y hasta donde puedan sin sufrir castigos demasiados extremos. Todo bajo el punto de vista de la menor de ellas, Lale.
El trabajo de las chicas a la hora de cargarse el film a sus espaldas es lo suficientemente bueno como para hacer llevadera y entretenida una peli que tenía todas las fichas para aburrir a un público no acostumbrado a estas historias; en especial el trabajo de Gunes Sensoy (quien interpreta a Lale), dotando el relato de una mirada bastante inocente para algunas cosas bastante fuertes que pasan.
Y quizás eso sea algo que le juegue en contra al film, que es demasiado “buenaondista” y si bien a los personajes les suceden cosas un poco bastante heavys, el tono general de la película es de no querer caer en el dramatismo extremo, ni de entregar como producto final una cinta plagada de golpes bajos y escenas que incomoden al espectador. Aquellos que quieran un retrato fiel, real y crudo de lo que padecen las mujeres en dicha cultura, quizás salgan un poco molestos al ver que la directora se toma el tiempo suficiente para meter algunas secuencias que son incluso bastante graciosas.
De todas formas la historia de Mustang tiene la suficiente fluidez como para que uno no deje de seguir el crecimiento de las chicas y se ponga a analizar estas cosas en el medio de la película, y es todo un acierto por parte de las guionistas (Deniz Gamze Ergüven y Alice Winocour)
Mustang podría decirse que es una película apta para todo público, contrariamente a lo que se mal entiende de films provenientes de países que no sean los convencionales. Aquellos que no miran muchas de este estilo, si se animan, van a ver algo disfrutable y que jamás los aburrirá. Para aquellos más cómodos o con experiencia en estas historias, quizás la peli les termine dejando un gusto a poco al notar que la opresión a la mujer se toca sin demasiada brutalidad. Queda en el espectador si entra en el juego que propone la directora o no.