Secuela de Bailando con el Peligro, película hecha entre amigos en el año 2002, Nacido para Morir se estrenó en el 2014 en el Buenos Aires Rojo Sangre, fascinando tanto a los espectadores como a los jurados; prueba de ello es que se llevó la mayoría de los premios de la competencia internacional. Afortunadamente para quienes no la hayan visto, esta semana vuelve a la pantalla grande en el Cine BAMA, y en esta review te contamos por qué no te la podés perder.
El agente Marcelo Riesgo (Leandro Cóccaro) se embarca en la captura del maléfico villano Cara de Póker, no sólo porque es el villano de turno sino también porque de esa captura depende limpiar su buen nombre y saldar deudas del pasado. Apoyado por su fiel compañero Guadalajaraman (Andrés Borghi), quien también atraviesa un interesante arco de transformación, se enfrentan a una serie de antagonistas que no tienen nada que envidiarle a James Bond: los ninjas “Maniáticos de la Limpieza” , el asesino a sueldo Víctor Patíbulo (un sorprendente Simón Ratziel) y el ya mencionado Cara de Póker.
La película es una clásica cinta de agentes en clave cómica con un excelente ritmo. La principal fortaleza de la película es el trabajo de guión: hay una construcción de personajes y una causalidad de eventos contundente, que se hilvanan sobre una estructura sólida. Claramente Borghi sabía qué historia quería contar, y todo apunta en la misma dirección. Incluso los momentos cómicos están estratégicamente colocados para no destruir climas ni tensiones.
Desde las actuaciones se termina de sellar la verosimilitud de la propuesta. En los roles principales, además de los nombres ya mencionados, destacan Nicolás Stilman (que de hecho no es actor) en el papel de Baniatto, el agente enemigo de Riesgo; Vanina Balena como Molly, la hermana de Baniatto en torno a la cual se estructura la subtrama romántica de la película; y en algunos papeles menores pero impecables Estéban Prol, Rocío Rodríguez y Laura Raggio. Mención aparte para el experimentado Germán Baudino, quien compone al Dr. Pupete (un experto en salsas picantes cuyo secuestro detona toda la trama), y sabe poner el cuerpo para retratar todos los matices que el personaje requiere. Mención aparte #2 para Leandro Cóccaro como Marcelo Riesgo: así como Ryan Reynolds es Deadpool y Margot Robbie es Harley Queen, Cóccaro nació para morir. No, mentira, nació para ser Marcelo Riesgo. Lo hemos visto siempre correcto, por ejemplo en la serie web Martín Mosca y en Corazón Muerto entre otras producciones independientes o no, pero es realmente en este playboy audaz donde alcanza la cima actoral (¿Tendremos un Nacido para Morir 2?).
Desde la realización la película transmite fuerza, convicción, huevos. Está hecha con un presupuesto mínimo y, aunque se nota, nunca se achica, siempre apostando a más. Se deja entrever una obsesión casi milimétrica porque cada plano tenga el tamaño, la angulación y la duración adecuada. Sí es cierto (no son todas flores, por supuesto) que hay cierta desprolijidad en la calidad final; por momentos da la sensación que algunas secuencias fueron grabadas más a las apuradas que otras que incluyen movimientos de cámara con grúas y travellings.
Nacido para Morir cuenta con banda de sonido original, algo no muy habitual en este tipo de producciones, compuesta por Pablo Borghi, hermano de Andrés y uno de los principales compositores del cine nacional del momento: suma muchísimo la musicalización incidental a la hora de generación de climas y tensiones.
Por último, no podemos omitir mencionar la calidad de los efectos visuales que, hoy por hoy, a casi dos años de su estreno, no han sido igualados a nivel independiente (y de hecho muchas producciones grandes son bastante más berretas). Explosiones y modelados realistas en 3D a la cabeza, la riqueza de estos efectos es que saben ir de la mano armónicamente con el resto de la película. Podrían haber sido más artificiales, más pretenciosos (está a la vista de todos que el talento y la capacidad estaban), pero se tomó la sabia decisión de optar por la coherencia general.
VEREDICTO: 9.0 - NACIDO PARA BRILLAR
A pesar de algunas desprolijidades, Nacido para Morir es sin duda uno de los mejores exponentes del cine nacional independiente de los últimos años. Con fuerza, convicción y seguridad logra contar una historia que cierra y, además, se atreve a hablar de temas universales como el amor y la amistad