Nacido para morir

Crítica de Federico Cobreros - Alta Peli

Nacido Para Morir es la secuela de Bailando con el Peligro, película que Andrés Borghi hizo prácticamente en su adolescencia. Juntando un cúmulo de chistes bizarros, bromas de recreo, idiosincrasia oriental, “friquez” gamer y otaku y, por momentos, tanto locura como brillantez. Ahora Borghi y Coccaro le dan vida a una película distinta… y veremos si por distinta queremos decir buena.

Seguro, como una caja fuerte:
Nacido para MorirLa premisa de Nacido Para Morir es simple, sacada de cualquier película de espionaje clásica. Científico crea formula revolucionaria, terroristas y mastermind la roban, agente secreto enamora la chica y salva el mundo con tiros, one-liners y carisma. El tema acá está en la ejecución de todo.

Borghi escribiendo co-protagonizando y dirigiendo, junto a Coccaro, manejan a la perfección la delgadísima linea del ridículo. Le caminan por encima, le bailan encima, e incluso la empujan un poco, pero nunca llegan a pasarse, creando un mundo no sólo rico en situaciones hilarantes, si no creando personajes verdaderamente entrañables que queremos volver a ver muchas, pero muchas veces más.

El humor absurdo está a la orden del día, por lo cual almas sensibles, cuadradas y de poco vuelo, no sabrán (o querrán) apreciar la obra de Borghi. Esto es así, Nacido Para Morir podrá estar hecha para todos, pero definitivamente no todos podrán o sabrán disfrutarla, y ellos se la pierden.

Mirá, una distracción:
Borghi presentó y se llevó varios premios en la edición 2014 del Buenos Aires Rojo Sangre, el cual es casi su segunda casa. Donde mucha gente lo conoce (entre los cuales me incluyo) por sus otros trabajos como Otakus (mundialmente reconocida), Working Day (premiada por el mismísimo Peter Jackson), o su serie web COSO, en la cual podrán ver un poquito de lo que pueden llegar a encontrar en Nacido Para Morir.

Esta presentación en el Festival de Mar Del Plata es, sin dudas, salir de la zona de confort, exponer un producto a otro tipo de gente, de ojos y de opiniones. Es decir, una película como esta no puede fallar en el BARS, pero a Mar del Plata definitivamente viene a bailar con el peligro, así de simple.

En lo que a mi respecta, es una propuesta descontracturante en un ambiente por momentos acartonado y demasiado serio como este festival de cine “clase A”, comparable en rotulo a Cannes o Venecia, por ejemplo.

De re-chupete:
La historia, como dije, es simple. El tema es la ejecución, y es aquí donde radica la genialidad de Nacido Para Morir. Su humor es realmente fresco y hasta diría necesario, ese tipo de humor que está a menos de un segundo de dar vergüenza ajena.

Marcelo Riesgo, el protagonista, es una especie de Sledge Hammer, según palabras del propio Coccaro, una especie de winner total, de las maneras más inverosímiles y graciosas. Lo mismo pasa con el Guadalajaraman de Andrés Borghi, un sidekick perfecto y fluido, donde se da la mayor química de la película. Acompañan de manera genial, tanto el personaje de Stillman como el de El Jefe, componiendo personajes sólidos y verosímiles, dentro del inverosímil.

Párrafo aparte merece la escenita de Chucho Fernandez, la cual no pienso comentar para no spoilear.

Conclusión:
Nacido Para Morir es en mi opinión una película de visión obligada para amantes de lo bizarro, geek, gamers, fans de lo oriental, otakus, gente común y mortales en general. Les puedo asegurar que si se dejan llevar, Nacido Para Morir les va a dar una vuelta en el trencito de la alegría, no van a olvidar, y que van a querer volver a subirse una y otra vez. Están avisados. Ojala haya Marcelo Riesgo para rato…