Llega a la argentina Nada es lo que parece 2, secuela de la película homónima del año 2013 que como viene pasando, no llega al nivel de su predecesora y falla también al momento de entretener.
Luego de haber sido aceptados por El ojo, Jack, Daniel y McKinney viven en la clandestinidad (ya sin Henley, por razones nunca explicadas) y están ansiosos por volver al ruedo. Perseguidos por las autoridades, se esconden a la espera de las instrucciones que a cuenta gotas les acerca Dylan Rhodes, su contacto en el FBI. Finalmente la oportunidad de volver se presenta pero, cuando los magos (con el agregado de la nueva integrante Lula) están en medio de su improvisado show, son intervenidos por una potencia que parece tener las mismas herramientas que ellos, quien los expone. Así, son secuestrados al mismo tiempo que protegidos por Walter, un millonario que los traslada a la otra punta del mundo para que ellos roben algo por él, y así recomienza el juego de misterios, traiciones, y sorpresas (ya no tan) inesperadas.
Sin caer en el cliché de “segundas partes nunca fueron buenas” realmente en este caso el producto queda tan alejado de los logros de su predecesora que el espectador no sabe muy bien por donde apreciar el film.
Nada es lo que parece no era una genialidad, pero en el juego de descubrir y entender como habían hecho los trucos y como todos los peones del ajedrez estaban perfectamente entrelazados, el espectador veía un producto disfrutable. En este caso, por alguna razón que excede mi entendimiento, el guion decide contar por anticipado cual es el truco a realizar y luego mostrar como lo realizan. No teniendo el efecto sorpresa de su edición anterior, la película termina siendo un mero pasatiempo que no deja mucho lugar para el disfrute.
La fotografía sigue siendo impactante, la música no tanto. Los efectos de la banda sonora se repiten igual que en el film anterior, pero en Nada es lo que parece 2 no sirven, porque ya no hay nada para sorprenderse.
Algunas actuaciones son buenas, particularmente siempre es un gusto divertirse con el carismático Woody Harrelson (haciendo dos papeles esta vez) pero esta entrega atrasa muchos años en un guion que no parece haber sido demasiado trabajado. La nueva integrante del elenco hace un personaje al límite de lo soportable y Jesse Eisenberg ahora parece estar siempre haciendo de Luthor, lo cual no es bueno… no es nada bueno traerle ese recuerdo a la mente a ningún espectador.
Nada es lo que parece 2 no deja un buen sabor al final de la proyección y no habilita mucho interés para continuar con los personajes, realmente una película que puede dejarse sin ver sin ningún problema.