Truco cantado
Nada es lo que parece 2 (2016) pasa a engrosar esa interminable lista de secuelas innecesarias. Los problemas son tantos, las inconsistencias de guión se cuentan minuto a minuto y a pesar del guiño de ofrecerle a Daniel “Harry Potter” Radcliffe un personaje ligado a la magia, pero en el rol villano, eso no termina por salvarla del aplazo.
Si una película pierde tiempo en explicarse, esa señal a las claras representa la falta de criterio en el manejo narrativo, la poca confianza en el guión y toda la responsabilidad en la pirotecnia visual que no hace otra cosa que tapar los huecos desde el primer minuto y hasta el último.