Hacia mucho que un thriller no resultaba tan innovador y fresco como NADA ES LO QUE PARECE. Una cinta que es puro entretenimiento, con una premisa original a la que el director francés Luis Leterier sabe sacarle el jugo. El elenco de grandes figuras, se mueve a la perfección en esta historia que funciona con la mecanica de los mejores trucos de magia. Sin descuidar el humor y el sarcasmo, la cinta avanza apelando a constantes giros argumentales, hasta desembocar en un clímax logrado, efectivo y sorprendente. Moderna, en su relato y puesta, es para pochoclear al ritmo de un abracadabra.