"Magos superpoderosos"
La regla numero uno al ver una película de Louis Leterrier es “Lo tomas o lo dejas”. Así de sencillo.
El realizador francés, responsable de las dos primeras entregas de “El Transportador”, “Danny The Dog” (su mejor película hasta la fecha) y “El Increíble Hulk” siempre te propone desde el inicio de sus relatos que te abstengas de preguntarte demasiado acerca de su trama y también de los giros extraordinarios y fantásticos que a veces suelen tomar estas.
Es decir: Hay que comprar que Jason Statham persiga con una moto de agua a un criminal por medio del asfalto como sucedía en “El Transportador 2”. O que Jet Li es una especie de perro guerrero humano capaz de vivir como esclavo tantos años sin animarse a una venganza o escapar de sus dueños.
O simplemente hay que dejar pasar el hecho de que Edward Norton es ni más ni menos que Bruce Banner en “El increíble Hulk”.
Para evitar que el espectador caiga en esos cuestionamientos que pueden desmoronar por completo sus mundos irreales, Leterrier lo que hace es acribillarte con secuencias de acción perfectamente coreografiadas con un ritmo frenético en donde no podes sacar los ojos de la pantalla y efectos especiales cuidados al servicio de su historia.
Con “Now You see me” el ahijado artístico de Luc Besson explota al máximo todas sus cualidades como director y ofrece un producto entretenido de principio a fin que alcanza unos niveles de ingenuidad y fantasía como pocas veces habíamos visto en películas con magos como protagonistas.
Producida por Roberto Orci y Alex Kurtzman, la dupla de guionistas más pochoclera de los últimos años en Hollywood, “Nada es lo que me parece” cuenta la historia de un grupo de magos interpretados por Jesse Eisenberg, Isla Fisher, Woody Harrelson y Dave Franco.
quienes conforman una especie de “Liga de la Justicia” que realiza actos increíbles durante sus shows, como por ejemplo robar un banco sin que nadie los atrape ni pueda culparlos por ello.
Este grupo de ilusionistas rápidamente llamará la atención, por razones obvias, de los agentes del FBI interpretados por Mark Ruffalo y Michael Kelly, quienes ayudados por la agente del Interpol interpretada por la bella Mélanie Laurent, empezaran una persecución frenética para evitar una seguidilla de asaltos cuya lógica supera los límites de la imaginación.
Así es como “Nada es lo que parece” no se detiene ni un solo segundo de su relato para tratar de ofrecer las explicaciones necesarias para saber lo que está sucediendo (ya que ni sus protagonistas lo saben) y deja todas las explicaciones para una última media hora final en donde la película da tantos giros argumentales como le fueron posibles insertar a los guionistas en esta historia.
Por eso hay que aprovechar las primeras dos partes del film, en donde todo está relativamente dentro de los parámetros de lo imprevisible pero dentro de un marco realista, inclusive las actuaciones donde sobresalen Melanie Laurent (no solo por su belleza) y los experimentados Morgan Freeman y Michael Caine.
Después viene el cierre donde se intentan responder todas las preguntas de esta increíble aventura que si bien no convence demasiado, gracias al ritmo frenético plasmado por la edición de Robert Leighton y Vincent Taballion, ayudado a su vez por la música compuesta por Brian Tyler y la cámara de Leterrier que nunca se queda quieta, “Nada es lo que parece” ofrece dos horas de entretenimiento bastante pretensioso, pero entretenimiento certero al fin.
Al igual que un truco de magia si te pasas demasiado tiempo tratando de buscar la lógica en lo que se hace te perdes la oportunidad de disfrutar un buen espectáculo.