Mientras más cerca mires, menos verás. Ésa parecería ser la clave de Now You See Me, extraña mezcla de la saga de Danny Ocean de Steven Soderbergh y del tan apaleado subgénero de la magia y la prestidigitación. Un combo raro, que no se ve todos los días, y por una buena razón: tramposa como pocas en su ejecución, bastante CGI e hilos descolgados en el guión hacen que se la observe como mero disfrute sin buscarle las vueltas, porque por arte de magia no se encuentran a la vista.
Es fácil hacerle la vista gorda a Louis Leterrier cuando su filmografía tiene títulos tan adrenalínicos como entretenidos: The Transporter y su secuela, The Incredible Hulk, Danny the Dog. El francés tiene un estilo visual rápido e incesante, abomba los sentidos. No importa que su libreto flaquee, te envuelve con su narrativa y finalmente te suelta cuando terminó de contar su historia. ¿Es hacer trampa? Para nada, simplemente y tal como hace el grupo de prestidigitadores en el film, utiliza ases bajo la manga para llegar al cierre casi intacto.
Casi una especie de The Da Vinci Code por su facilidad de resolver problemas mediante trucos imposibles -y la gran mayoría con un uso casi criminal de efectos computarizados-, el guión de Ed Solomon, Boaz Yakin y Edward Ricourt juega a ser un poco de Robin Hood moderno, aunque sin moraleja a la vista. Rebobinando una vez que Now You See Me ha concluido uno puede quedar a la deriva, porque no hay nada de peso que justifique un posterior desmenuce de la trama, pero el sentimiento conflictivo de haber pasado unas dos horas más que potables de entretenimiento se siente. Parte del encanto radica también en su atractivo elenco, con ligeras reuniones que resultaron vistosas en el pasado -Jesse Eisemberg y su verborragia con Woody Harrelson en Zombieland, los veteranos Michael Caine y Morgan Freeman de la trilogía del Caballero Oscuro- y adiciones como Dave Franco y la belleza de Isla Fisher. Sin embargo, quien se lleva las palmas es el desesperado agente que encarna con mucho tino Mark Ruffalo, que se carga su papel al hombro y los lleva hasta las últimas consecuencias. Su versatilidad fluye a mares y es uno de los pilares sobre los que se recarga la película, y con mucha razón.
El haber seguido de cerca el material promocional y los avances de Now You See Me es una gran señal de lo que termina siendo el producto final: una ligera y amable combinación de magia, trucos imposibles y dirección vertiginosa que esconde fehacientemente un guión al que le faltan pulir sus ideas. Le damos el visto bueno a Leterrier.