Acercarse al universo de Naruto, el manga iniciado en 1999, a partir de “Naruto: La película” (Japón 2014) puede ser un tanto engorroso para aquellos, como en mi caso, que salvo alguna imagen esporádica en la TV nada sabe de antemano de la serie.
No es porque no tenga la película una coherencia interna que posibilite conocer en detalle el microcosmos creado para esta suerte de defensores de la tierra, que harán lo imposible para que el villano de turno deje de amenazarla, no, el principal problema de este filme animado para los ignotos en sakura, senseis, bijus, jutsus y demás es tratar de abarcar la totalidad del dibujo en tan sólo 112 minutos y mantener, al menos, algo de la explosión de información que ofrece.
“Naruto: La película” fue creada con el objetivo de conmemorar los 15 años de la franquicia y sumar una cinta más a la extensa serie de películas que ya se han realizado sobre el universo de Naruto y los kages, una especie de defensores que luchan juntos para conciliar la paz entre los clanes.
Todo comienza en esta oportunidad cuando un pequeño Naruto conoce circunstancialmente a Hinata, una joven que termina profundamente enamorada del pequeño guerrero de cabellos naranja, y que aprovecha el humor para distraer a sus enemigos.
Una bufanda roja será el objetivo de Hinata para poder conquistar el corazón de Naruto. Noches y días se la pasa tejiéndola, creyendo que así podrá llegar a los sentimientos de su compañero, sin pensar que a partir del intento de destrucción de la tierra por parte de Toneri, un excéntrico villano habitante de la luna, también se convertirá en el objeto del deseo del hombre lunar.
Un triángulo amoroso se conformará entre ellos al punto de poner en vilo al resto de la humanidad por los caprichos de cada uno por mantenerse en su posición.
Por un lado Toneri desplegará un siniestro plan para destruir la tierra a partir de la implosión de la luna y la proliferación de piezas lunares que caerán en el mundo. Por otro lado Naruto, ajeno a la pasión de Hinata, y desatendiendo los alertas que esta le dé, seguirá inmiscuido en sus planes. Y por último Hinata, cual Penélope que teje y desteje la inmensa bufanda roja para su amor, a quien en secreto anhela poder compartir su vida con él.
La dirección de Tsuneo Kobayashi prefiere las atmósferas de transición y la utilización de múltiples estilos de animación para dotarle a un filme comercial, como es este el caso, un ambiente épico y mas artie, para poder así plasmar la fortaleza de la saga, agregándole una historia de amor que cohesione todo.
La evolución de niños a adultos de Hinata y Naruto se logran a partir de la utilización de un complejo entramado de elipsis que bucean en algunos tópicos sobre la niñez que dotan a la propuesta de cierta inocencia que brilla en el filme.
De hecho, una de las primeras escenas de “Naruto: La película” es en la escuela, con una consigna impartida a ambos pidiendo que cuenten con quién les gustaría pasar el resto de su vida, y si bien Hinata lo tiene bien en claro, para Naruto la respuesta le llegará al finalizar el filme.
“Naruto: La película” está dividida, solapadamente, en episodios, que a medida que va avanzando la narración buscan poder dar un respiro a los espectadores para comprender la compleja historia que se teje detrás de la simple enunciación de esta película como filme animado, y que termina por cerrar el ciclo de Naruto como protagonista de una de las series más aplaudidas de los últimos tiempos.