Hace veinte años, Luis Pescetti, popular escritor, músico y cantante argentino, creó a Natacha, un personaje infantil que se transformó en protagonista central de una exitosa saga de nueve libros.
Atenta a ese suceso, la productora Magoya Films de Nicolás Battle, Sebastián Schindel y Fernando Molnar (la misma de películas como El patrón y Mundo Alas), le propuso llevar al cine una historia basada en los dos primeros. Natacha (Antonia Brill) es una niña curiosa, inquieta y preguntona que rara vez se despega de su amiga Pati. Ellas son "las chicas perla", enfrentadas permanentemente con otro dúo de su misma clase, bautizadas como "las chicas coral". En un contexto en el que el cine infantil ha sido monopolizado por producciones de animación por lo general supercostosas, esta simpática película argentina apuesta por una alternativa diferente, apoyada en las cándidas travesuras de una niña que pretende que su pequeño y enérgico perro Rafles pueda ver el mundo en colores.
Una de las características más notorias del personaje imaginado por Pescetti sobre la base de su propia experiencia en el trabajo docente con alumnos de preescolar y primaria es que no replica problemáticas más típicas de los adultos, como ocurre en muchas otras ficciones destinadas a los chicos. Esa cualidad los aleja de la caricatura y los vuelve verdaderos, cercanos, inmediatamente reconocibles.