Natal

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Pocas veces sucede pero sucede. La semana pasada se estrenó “Graba” (2011) de Sergio Mazza, y esta semana tenemos otra película del mismo director.

Se trata de “Natal”, un documental (en algún género hay que colocarla) que consiste en la edición/extracción de lo que se adivina como una gran cantidad de horas registradas por su cámara. ¿Qué registró? A sí mismo y a su esposa viviendo los momentos principales previos al nacimiento de su hijo Milo. Turnos para revisiones, ecografías y consultas; curso de parto; situaciones hogareñas en el marco del embarazo y cosas por el estilo.

Se supone una apelación a la sensibilidad del espectador para convidarlo a ser testigo de todos estos procesos. Los miedos, las dudas, la búsqueda de información para mayor tranquilidad, y, claro, la construcción del “mundo” en el que habitará el futuro bebé.

Técnicamente es la nada misma. En términos de iluminación no hay más que la luz diurna provista por el sol, o la artificial que se opone a la lente de la cámara con indisimulada parsimonia. Pasamos de la escasa visión nocturna desde el asiento trasero de un auto a la blancura de un hospital.

El sonido es… Perdón… El sonido NO es.

Los encuadres y el foco apenas si son tomados con displicencia (quizás estoy siendo generoso) y uno concluye en que todo esto parece no importar. Como cuando vemos algún video hogareño de alguna reunión familiar o entre amigos.

Todo esto lleva a pensar si “Natal” es experimental, pero sólo lo es porque experimenta con el espectador y su bolsillo. La experiencia de verla es la misma que usted puede tener con sus propias vivencias si dispone tan sólo una cámara. ¿No tiene algún cumpleaños filmado en VHS con esas viejas M7 de Panasonic? Pruebe de estrenarla. Con el criterio actual a lo mejor consigue un subsidio y todo.