"De ladrones y policías, o de policías ladrones"
Después de trece años vuelve a escribir y dirigir un largometraje Juan Bautista Stagnaro, Natalia Natalia, protagonizado por Sofía Gala Castiglione.
Por Denise Pieniazek
La película Natalia Natalia (2022) marca el regreso de Juan Bautista Stagnaro (Casas de fuego, La furia, El amateur) al cine. En esta ocasión el guionista y director nos presenta un policial, que transgrede algunas normas del género tradicional. La protagonista, Silvia Monteferrante (interpretada por la siempre convincente Sofía Gala Castiglione) asiste a un homenaje póstumo que le realiza la policía a su ex marido, fallecido en ejercicio de su deber. Desde el inicio del relato, se percibe la incomodidad de Silvia frente a la institución policial. A partir de allí, su instinto -que después sabremos también ha sido formado por ser hija de un policía- le indica que las circunstancias de muerte en acción de su ex marido son sospechosas. En el trayecto hacia la verdad, ella deberá sumergirse en ese mundo de la policía y la corrupción que tanto aborrece. Allí, “la viuda” deberá lidiar con Molinari (Tony Lestingi), el comisario de Asuntos Internos y villano en cuestión, y un peculiar policía apodado “El griego” (Diego Velázquez), que ella intenta descubrir si es de fiar o no.
En consecuencia, Silvia, encarnará en cierto modo un híbrido entre lo que tradicionalmente se conoce en el género como el “detective”, siendo la encargada de develar el misterio, y a su vez la “femme fatale” del relato, pero no en su sentido tradicional. Ella es quien hace avanzar la acción y va uniendo las piezas del rompecabezas. Al respecto, quizás este sea el elemento más logrado del filme, el rol de la mujer que se representa. Ya no estamos frente a una femme fatale exuberante que lleva al hombre a la perdición y posee un final punitivo. Sino por el contrario, estamos frente a una reescritura de la femme fatale, que es una mujer común, de armas tomar-metafórica y literalmente- que llega a ese estatuto, en un mundo dominado por hombres. En palabras de su protagonista Sofia Gala Castiglione: “(…) el personaje femenino ocupa este lugar que siempre está ocupado por personajes masculinos, se la saca a la mujer del lugar de femme fatale, de víctima, o de ese lugar casi objeto que suele tener y se la pone a ensuciarse, esta chica es la que va a ensuciarse las manos finalmente y la que va a atravesar esta historia.”
Evidentemente, Stagnaro es admirador del género policial, lo cual puede conjeturarse debido al plano detalle que muestra la tapa del libro La dama del lago (The lady from the lake, 1943) de Raymond Chandler, uno de los exponentes literarios del género. Si bien la trama de la novela no tiene puntos de contacto con la película, su peculiaridad reside que en ella presentó personajes corrientes capaces de subsumirse a las pasiones, la corrupción o el crimen, al igual que lo que sucede en el esquema actancial del largometraje.
Finalmente, si bien se valora la composición de los encuadres, los paisajes urbanos con cierto costumbrismo, el final sorpresivo y la notable técnica producto de la experiencia del director, sin embargo, en cuanto al guión, éste posee varios aspectos inverosímiles y poco sólidos, que es conveniente no ejemplificar, para evitar los spoilers. Además de ciertas sobre explicaciones como el título del filme Natalia Natalia, cuyo poster explicita “NN en la jerga policial”. En conclusión, el relato resulta entretenido y a pesar de lo mencionado anteriormente, logra sostenerse gracias a su tecnicismo, y convincentes interpretaciones de todo el elenco.