Silvia Monteferrante (Sofía Gala Castiglione) asiste a un homenaje post mortem a quien fuera su ex marido. Allí se le hacen entrega de los atributos personales, gorra y sable. Silvia no está a gusto en la situación y la tensión se siente en el aire. También, de forma no oficial, un compañero de fuerza le entrega el arma que fue del marido de Silvia. Pronto ella descubrirá que hubo algo raro en la muerte de su ex y que el incidente en el cual perdió la vida también puede implicar un riesgo para ella.
Un policía apodado El griego (Diego Velázquez) la sigue y vigila, sin que Silvia sepa si la está cuidando o si está tratando de averiguar un secreto que él se llevó a la tumba. La trama no se complejiza mucho más que eso y es por momentos una especie de policial negro donde las cosas se van volviendo cada vez más turbias y ambiguas. La película es el regreso del veterano director Juan Bautista Stagnaro, el mismo de Casas de fuego (1995), La furia (1997) y El amateur (1999). Sofia Gala Castiglione no se siente cómoda en el rol en ningún momento y se nota. Su habitual efectividad como actriz acá brilla por su ausencia.