Mejor mal acompañado que solo
Navidad: Época en donde los sentimientos y la familia marcan el pulso de los días. Las reuniones se multiplican y los reencuentros obligatorios son aquellos que más nos impulsan a querer improvisar resoluciones, o a buscar alternativas para no terminar mal la temporada de festejos.
Como una reflexión de la etapa, Navidad con los Cooper (Love the Coopers, 2015) intenta recuperar aquellos films con espíritu navideño que a partir de situaciones van configurando un reflejo exacto de lo que sucede en la vida real para las fiestas.
En esta oportunidad, un matrimonio de 40 años de casado decide separarse, y deberán comunicar esa información a sus hijos justo para navidad, momento en el que toda la familia se reúne en su casa desde tiempos que ya ni recuerdan.
Al principio Charlotte Cooper (Diane Keaton) se muestra segura de transmitirlo, pero cuando su marido Sam Cooper (John Goodman) comienza a pensar la manera, cree que lo mejor será seguir esperando para comunicar la decisión, al menos luego de Navidad. La postergación eterna de los sueños (un viaje a África que nunca hicieron) y anhelos personales provocaron la fisura de la sólida pareja. Pero la navidad hay que festejarla, y pese a cualquier problema actual, Sam y Charlotte quieren reunir a sus hijos a la mesa porque esperan que el clima festivo ayude a que todo se solucione o -al menos- se olvide.
El guión de Steven Rogers le sirve a la directora Jessie Nelson (Quédate a mi lado, Corina Corina, Mi nombre es Sam) para construir un relato dinámico y entretenido, a partir de imágenes y algunos recursos cinematográficos (la pantalla dividida, ralentíes, contrapuntos, punchlines y gags). Lo que les sucede a Sam y Charlotte es tan solo el puntapié para que puedan desfilar por la pantalla personajes que intentarán a toda costa llegar al 24 de Diciembre de la mejor manera, unos aparentando algo que no son, como su hija Eleanor (Olivia Wilde) que en un desesperado manotazo de ahogado decide hacer pasar a un militar (Jake Lacy) por su novio, a quién recién conoció en un aeropuerto, o Hank (Ed Helms) el hijo mayor, que esconde a sus padres sus problemas económicos luego de quedar desocupado y tratar por sí solo de criar a sus hijos.
Pero Sam y Charlotte no sólo tienen hijos, ella tiene una hermana llamada Emma (Marisa Tomei) con un leve problema de autoestima y cleptomanía, y él una tía, Fishy (June Squibb), que además de sufrir una incipiente demencia senil, es capaz de recordar los peores momentos familiares y traerlos cuando puede a través de comentarios inesperados.
Navidad con los Cooper explorará los vínculos entre ellos, en la previa a la Navidad, y lo hace a partir de la sonrisa y la lágrima, apoyándose en la brillante construcción de personajes, algo que Nelson sabe realizar por su largo trabajo como directora de actores en sus producciones anteriores. La solvencia de los intérpretes, además le ofrecen la posibilidad de emancipar e independizar a cada uno de los roles, sumando al patriarca de todos, el abuelo Bucky (Alan Arkin), enamorado de una moza (Amanda Seyfried), con una salud un tanto débil pero con las ganas que la familia entera pueda pasar una navidad en paz y armonía a pesar de las diferencias.
Con momentos de una lucidez única Navidad con los Cooper llega para ocupar un lugar en aquellos clásicos que uno puede ver una y otra vez en las fiestas, aportando su mirada ácida sobre las reuniones, la familia, la convivencia, y principalmente, el comprender a los vínculos como determinantes de todo lo que cada uno es.