Nebraska

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Dentro de lo que fue esa gloriosa camada de artistas nuevos que surgieron en el cine independiente norteamericano de los años ´90, Alexander Payne es uno de los casos más interesantes.
Un director que desde su ópera prima, Citizen Ruth (con Laura Dern) logró mantener el mismo nivel de calidad en todas sus películas.
Puede ocurrir que tal vez como espectador te enganches más con alguna historia que otra, pero al recorrer su filmografía (Election, Las confesiones del señor Schmidt, Entre copas, Los descendientes) no encontrás una película mediocre o decepcionante.
Nebraska, su nueva producción, califica entre los mejores trabajos de su carrera.
Historias sobre personajes que emprenden un largo viaje por la ruta y en el camino logran reconectarse entre sí se hicieron a patadas en el pasado.
Lo que hace especial a Nebraska es la manera en que el cineasta trabaja la propuesta y las tremendas actuaciones que consiguió de su reparto. Queda claro otra vez que Payne es un gran director de actores
Su nueva película tiene mucho más humor de lo que daban a entender los trailers y es completamente honesta en retratar la humanidad y miserias de sus personajes.
No hay melodramas forzados ni panfletos existencialistas y esto permite que uno pueda conectarse mucho más con estos personajes y las situaciones que atraviesan, ya que los vemos como personas reales.
Una producción que por momentos me remitió muchísimo a Una historia sencilla, una joya de David Lynch.
Si bien los protagonistas son distintos, la manera en que la película te envuelve con el relato y los personajes secundarios que se presentan traen al recuerdo aquel film de 1999.
La diferencia es que Nebraska tiene varios momentos desopilantes que te sorprenden cuando menos lo esperás. Algunas escenas como la situación de la dentadura del protagonista, la cena familiar o los comentarios en el cementerio de la genial June Squibb (About Schmidt) son memorables en esta película.
Después de 35 años de haber sido nominado al Ocar por Coming Home (uno de los primeros dramas hollywoodenses sobre la guerra de Vietnam), Bruce Dern logró encontrar otro rol protagónico con el que pudo lucirse en su carrera.
Dern fue parte de la camada de artistas que surgieron con filmes de Roger Corman en los años sesenta y luego se estableció en el cine principalmente como un gran actor secundario.
En el último tiempo venía haciendo filmes independientes y de acción clase B para el dvd y Alexander Payne lo hizo resurgir nuevamente con esta película.
La interpretación que brinda de Woody Grant es brillante y se vio potenciada también por la excelente química que logra con Will Forte, quien sorprende con un rol distinto a sus trabajos como humorista.
También resultó un acierto la fotografía en blanco y negro que convirtió a esos paisajes de Nebraska en un personaje más del film y además se conecta muy bien con esa fijación al pasado que tienen los protagonistas. Algo que contribuyó a convertir el viaje de Woody Grant y su hijo en una experiencia mucho más intimista.
Otra gran película de Alexander Payne que no se puede dejar pasar.