Es curioso el caso de “Necronomicon”. La película presenta un argumento intrigante, un gran talento detrás y delante de cámara, con claras influencias de autores de género y un logrado trabajo de composición y manejo de cámara. Sin embargo, el film termina fallando en varios aspectos que podrían haber convertido a la obra en algo de gran nivel.
El relato nos cuenta la historia de Luis, un simple bibliotecario que trabaja en la Biblioteca Nacional, que se ve obligado a enfrentarse a un paisaje demencial y paranormal luego de que su vecino Dieter, un hombre sin edad, muera. Este particular personaje es el eterno protector de Necronomicon, el libro de los muertos, el cual se creía perdido, pero que finalmente se halla oculto en el lugar de trabajo del protagonista. Así es como Luis deberá combatir a las fuerzas que lo acechan mientras la ciudad parece corroída por un clima apocalíptico.
El largometraje tiene, como es evidente, grandes influencias de la obra de H.P Lovecraft, autor que siempre se volcó a la literatura gótica y oscura, haciendo alusión a escritos como el que lleva esta obra en el título. Eso sumado a varias menciones y homenajes a la literatura de Edgar Allan Poe, nos presenta un panorama que a primera vista se ve llamativo e interesante. Lamentablemente, luego el film se vuelve bastante reiterativo con secuencias que parecen inconexas, algunos diálogos inverosímiles e interpretaciones acartonadas. Respecto a esto último, podemos destacar la interpretación de Daniel Fanego, quien logra hacer un buen trabajo y componer a uno de los personajes más atractivos de la película.
Por el lado de la técnica, los efectos digitales resultan bastante caricaturescos y no terminan haciéndole justicia al increíble diseño de criaturas que otorgó el artista Salvador Sanz, que en su destacada labor ya se había dedicado previamente a ilustrar historias de Lovecraft.
Quizás el problema principal de la cinta lovecraftiana radica en que se dedicó principalmente a la confección de personajes más que a desarrollar una trama coherente.
En síntesis, “Necronomicon: El Libro del Infierno” se presenta como una película con buenas ideas e intenciones, al igual que grandes referencias y homenajes a la literatura gótica. Sin embargo, todo el enorme esfuerzo que hace por captar la esencia lovecraftiana genera que algunos conceptos del autor se pierdan en su pasaje al ámbito audiovisual, derivando en un producto que descuidó los aspectos narrativos y estéticos en pos de mantener el respeto hacia el escritor.