Juegas todos los días.
"Juegas todos los días con la luz del universo…"
Neruda empieza como un juego visual. Con gran angulares y planos abiertos nos vamos introduciendo al personaje. Se trata del poeta Pablo Neruda, en ese momento senador de Chile. En una gran escena inicial discute con varios de sus adversarios políticos, de traje y con toda la elegancia intelectual, nada menos que en medio del lujoso baño del congreso. Pero va a empezar a correr riesgo su vida a raíz de su peligrosa posición política. Comunista. Cuando el propio partido le aconseja escapar, un detective de la policía (Gael García Bernal) comenzará a buscarlo por todas partes. Por unos momentos lo visual se deja un poco de lado y hacia el final este policial terminará jugando nuevamente con las inmensidades, esta vez, de la cordillera.
"A nadie te pareces desde que yo te amo…"
Lo interesante de Neruda es que en realidad parece estar narrada por el perseguidor. Este detective, odia a Neruda, se burla, lo desprecia. Pero no solamente lo desprecia políticamente. La película también se encarga de mostrar las supuestas contradicciones del poeta. Es un firme comunista que no deja de disfrutar de las fiestas y los excesos. Los pensamientos del detective también describen despectivamente la propia escritura del poeta. Pero como su trabajo lo requiere, el perseguidor empieza a conocer cada vez más a Neruda, lo lee, se introduce y se pierde en su mundo. Los pensamientos ficticios y los reales empiezan a difuminarse. Pronto parece próximo a enamorase, del personaje y de sus versos. ¿Acaso hay otra manera de enamorarse? Nos enamoramos indagando. Leyendo un poema más de una vez. Mirando una película muchas veces. Viendo pasar a la misma persona todos los días. Conociendo su mundo, deteniéndonos en sus detalles. Eligiendo. Teniendo amores únicos porque supimos conseguir miradas únicas.