Neruda: Atrápame Si Puedes.
Pablo Larraín presentó su última película de habla hispana antes de embarcarse en Jackie su primera experiencia con el cine norteamericano.
En 1948, el senador y escritor Pablo Neruda acusa al gobierno chileno de traicionar a los comunistas en el congreso. El presidente González Videla lo desafuera y ordena su captura. El poeta emprende la huida del país junto a su mujer. Mientras es perseguido por el prefecto de la policía, Neruda comienza a escribir “Canto general” y se convierte en símbolo de la libertad y leyenda literaria.
El film cuenta estos acontecimientos que protagoniza Pablo Neruda (Luis Gnecco) perseguido al ser considerado traidor por el gobierno chileno debido a su ideología comunista. Su adversario y perseguidor será un detective (Gael García Bernal), que tratará de evitar que el poeta pase a la clandestinidad y emprenda su huida.
Pablo Larraín nos ofrece este relato atípico que el mismo califica como una “antibiografía” en la que expone las diversas facetas del artista, incluso algunas no tan típicas y características. Y es que vemos al Pablo Neruda poeta y Senador de ideología marxista pero también vemos al Neruda excéntrico, vanidoso y hedonista.
Neruda es una producción muy cuidada en los aspectos técnicos y artísticos con una trama que mezcla géneros de manera equilibrada (Por momentos tenemos drama, comedia, surrealismo y toques de policial negro).
La cinta de Larraín juega con la fina línea que separa a la realidad de la ficción, tanto dentro de la vida del escritor y su esposa (Mercedes Morán) como lo que concierne a la propia construcción narrativa del film. Larrain es un director con oficio y se nota desde el primer minuto.
La reconstrucción del marco histórico por medio del vestuario y la escenografía, las personificaciones de los actores y el tono de film noir hacen que Neruda tenga todos los elementos necesarios para ser una cinta interesante y atrapante. Sin embargo, el relato decae y se detiene en detalles irrelevantes durante el segundo acto, provocando que la película se torne un poco lenta y repetitiva.
En otras palabras, Neruda es una buena propuesta que igualmente nos deja un sabor agridulce, dándonos la sensación de que podría haber sido mucho más.