Figura pública
Documental polémico sobre el reciente fallecido ex-presidente de la Argentina, Néstor Kirchner, y su relación con la política nacional. Una película llena de emociones y sentimientos que durante toda su duración despliega una inmensa admiración incondicional hacia el carismático mandatario. Un gran tributo que a pesar de lograr conmover al espectador, constantemente va perdiendo fuerza ya que al no poseer un relato con rumbo definido, confunde y desorienta al espectador.
Lo primero que uno observa en "Néstor Kirchner, la película", es el admirable nivel poético de la cinta. Una narrativa muy poderosa que encuentra sus mejores momentos al comienzo de la película, donde con mucha habilidad describe el caos institucional previo a la llegada de la presidencia y como su discurso "vengo a proponerles un sueño" enmarca de manera perfecta lo mejor del documental: La idea de una renovación nacional que devolvió la esperanza y dignidad a los argentinos.
Básicamente la película desarrolla sus mejores momentos de la mano de tres grandes componentes: las filmaciones caseras en super 8, la potencia de los discursos de Kirchner y la relación afectiva entre Néstor y Cristina. Estos tres factores traen consigo el lado más humano, sincero y emotivo del ex-presidente. Cada imagen en super 8 refleja su lado más honesto y profundo, mientras que sus discursos son tan pasionales que hipnotizan y conmueven al espectador. Sin embargo, el mayor logro de la película reside principalmente en su relación amorosa y como la cámara logra revelar momentos muy intensos de la pareja. Sin lugar a dudas la escena culmine de la película se presenta cuando Néstor le traspasa la presidencia a Cristina.
No obstante, el documental presenta fallas esenciales del género, ya que cuesta entender el objetivo de omitir revelar información básica que sitúe a cada imagen o testimonio. La falta de placas que indiquen las fechas, lugares o identidades de los entrevistados no solo le exigen al espectador acudir a su memoria, lo cual seguramente puede marear a más de uno, sino que excluye completamente del documental a las personas que no estén muy familiarizadas con los sucesos del país.
Sin embargo, el problema principal de la película es la falta de un relato concreto y definido que una de principio a fin todos los sucesos. Es realmente notorio como esta falencia repercute en cada hecho histórico que el documental expone. De esta manera, secuencias como "el pago al FMI", "el ALCA", "el retiro de los cuadros", "la 125" y "la ley de medios", son fantasmas carentes de relevancia en el relato. En ningún momento se los desarrolla o, si quiera, se los explica. Simplemente se espera que las imágenes expongan el tema por si solas, pero lamentablemente solo lo presentan para luego obviarlo.
Por otro lado, ya llegando al final el documental va perdiendo cada vez más el rumbo. Desde el traspaso de la presidencia, la figura de Néstor Kirchner se va ausentando en el relato y de ahí en adelante solo hay incertidumbre por la falta sentido de la película. Se empieza a apelar con más frecuencia a secuencias totalmente fuera de lugar, que no aportan nada, como filmaciones de partidos de fútbol entre chicos, la actividad dentro de una panadería o un taller textil. No obstante, todo llega a su final y el desenlace se impone abruptamente en una secuencia más absurda que controversial donde se asocia la muerte de un militante en una protesta sindical con la mismísimo fallecimiento del ex-presidente Kirchner.
Por último, no hay que olvidar otro punto alto del documental que se encuentra en la historia de un estudiante de música salteño que recibe un violín de regalo. Allí se vuelve a mostrar el cariño y devoción hacia Kirchner. El mismo sentimiento profundo en que la película se sostiene y se basa: el agradecimiento.
En conclusión, "Néstor Kirchner, la película", salvo por las filmaciones casera de super 8, no va a aportar nada nuevo a cualquier espectador conocedor de la realidad argentina. Es simplemente una recapitulación de los hitos de su carrera política. Prácticamente no hay una sola mención significativa de cómo era la persona detrás de su figura pública. El documental solo funciona como una declaración muy personal de amor hacia el ex-presidente de la Argentina, Néstor Kirchner.