Cuando fui a Israel en el año 2000, no imaginé adónde iba a terminar. Vengo de una familia de larga tradición judía e ideales progresistas. Llegué a Tel Aviv de vacaciones y por una mezcla de aventura y curiosidad, crucé de Jerusalén a Gaza y Cisjordania. Con mi cámara como única compañera, durante meses viví en casas de palestinos e israelíes. Filmé y me descubrí en un viaje distinto al que había imaginado. Volví a Argentina y no pude encarar el documental. 15 años después, esta es la reconstrucción de aquel viaje.