No se puede escribir con tibieza sobre una película que demuestra que el cine está para hacer el bien. El filósofo Stanley Cavell se preguntaba en uno de sus famosos libros si el cine nos puede hacer mejores, pregunta que queda respondida de manera afirmativa después de ver Ni en tus sueños (Long Shot), la grandiosa comedia romántica dirigida por Jonathan Levine. Lo que hacen Seth Rogen y Charlize Theron, la pareja protagónica, es la prueba más acabada de que la magia del cine reside en su capacidad para enseñarnos el camino del mejoramiento moral.
Fred Flarsky (Seth Rogen) es un periodista desempleado, talentoso, comprometido, que cree que el sentido de su trabajo (y de su vida) está en combatir a los poderosos que pisotean la dignidad y los intereses de la mayoría. Charlotte Field (Charlize Theron) es la Secretaria de Estado de Estados Unidos, una mujer importante, inteligente, bella, preocupada por el medio ambiente, y con muchas posibilidades de convertirse en la primera mujer de su país en llegar a la presidencia.
Fred y Charlotte se conocieron cuando, en la adolescencia, ella hizo de niñera de él por unos días. Ya desde aquel entonces había entre ellos una atracción magnética. En la actualidad, se vuelven a encontrar en una fiesta. Ella le ofrece trabajar en su equipo porque quiere que se encargue de escribir los discursos de campaña. La moral férrea de Fred lo hace dudar, pero finalmente acepta. Todo parece un sueño. Sin embargo, las dificultades del mundo de la política, y la aversión de algunos personajes del entorno de ella, estropearán un poco la relación entre ambos.
El gran secreto de Ni en tus sueños, como de las buenas comedias románticas, es que el espectador va aprendiendo junto con los personajes, cuyo proceso de conocimiento mutuo siempre culmina con el triunfo del amor.
La película tiene un ritmo que no decae un segundo. En todas las escenas hay momentos divertidísimos, en los que los actores y actrices se lucen en sus roles. El director Jonathan Levine sabe cuándo tiene que poner un gag físico, una línea de diálogo chispeante, un momento romántico, una situación de pelea, además de hacer un uso efectivo e inteligente de las canciones de la banda sonora. Y que el guion mezcle el amor y la política es uno de sus máximos aciertos.
Seth Rogen hace prácticamente de él mismo, lo cual es un punto a favor ya que está en sintonía con la intención del filme de mostrar a los personajes tal como son. Y Charlize Theron es una actriz imponente, monumental. Juntos congenian a la perfección y componen una pareja entrañable. Ni en tus sueños activa el lado luminoso de la vida. Una vez más el cine conmueve y enamora con una comedia romántica.