Hay química entre los dos.
Jonathan Levine y Seth Rogen se entienden, y su tercera película juntos lo confirma. A pesar de que sean más los aciertos que las pifias, al director no se lo puede considerar una garantía total de calidad. Pero en su nueva colaboración junto al actor ratifica que ahí está lo mejor de su carrera. 50/50 ya daba cuenta de una buena capacidad para el humor en tópicos delicados. Una segunda mirada a The Night Before me indicó que estaba en presencia de una destacada comedia navideña que vale la pena revisitar, algo de lo que no me di cuenta en una primera aproximación. Long Shot constata la madurez del realizador y de su protagonista, consolidado como el mejor exponente de lo que es la Nueva Comedia Americana. Y en esta ocasión se suma a la destacada Charlize Theron, a quien su facilidad para el humor, belleza y elegancia convierten en la candidata perfecta para la ocasión. Eso para su director, pero resulta fundamental que haya piel con su compañero de fórmula, cosa que por suerte hay de sobra. Hay química entre los tres.