Tenemos varias etapas de la historia nacional que son muy importantes para la sociedad, una de ella es la Guerra de Malvinas, un conflicto bélico desarrollado en 1982 entre Argentina y Reino Unido por la disputa de las islas. Durante este enfrentamiento lo que más impactó en el pueblo fue la convocatoria obligada de miles de jóvenes inexpertos que fueron a combate sin saber las condiciones que tendrían allá y mucho menos si volverían a casa.
Muchas adaptaciones fueron creadas para contar esta dura etapa, tenemos desde el punto de vista de los militares, de los jóvenes en combate, hasta documentales post guerra con los familiares; pero muy poco de la visión de un posible desertor. Es por eso que la historia que creó el director Nicolás Savignon junto a Pío Longo y Francisco Grassi es muy acertada y muestra una realidad que poco conocemos.
Buenos Aires, 1982. Matías (19) acaba de terminar la colimba y sueña con irse a estudiar música a España. Pero algo se interpone en su misión, su padre. Interpretado por Rafael Spregelburd quien encara un personaje bastante duro ya que acude al boicot como mensaje de amor para su hijo. Por otro lado tenemos a Ines Estevez en un personaje mucho más dulce, sabio y cómplice con su hijo que sabe ir creciendo a lo largo de toda la cinta.
Las construcciones de todos los personajes son excelentes. El reparto lo completa Juan Grandinetti, Gastón Cocchiarale, Fabián Arenillas y Héctor Bidonde.
El acompañamiento del director en esta parte fue fundamental, ya que el relato en su totalidad fue muy bueno.
La empatía generada con el contexto de los hechos es muy favorable. El personaje de Grandinetti comienza asimilando el reclutamiento pero luego con su grupo de amigos empiezan a cuestionar el accionar político y deciden por momentos no ir justificando que no se sienten parte de esa guerra. En estas escenas justamente es donde más se refleja lo que el director quería expresar y junto a un equipo de arte magnífico lo pudieron lograr, con una paleta de colores bastante sobria y una ambientación excelente. Los 76 minutos que dura la cinta bastan y sobran para lograr viajar a esa época y sentir lo mismo que sienten los personajes.
En resumen si te gustan las películas con contextos históricos fuertes ‘’NI HÉROE NI TRAIDOR’’ es perfecta para vos, la curva de sentimientos que atraviesa logra traspasar la pantalla y generar gratos momentos.
Por Keila Ayala