Crítica: “Ni héroe ni traidor”
Se renueva la cartelera argentina.
Argentina, abril de 1982 y la citación a combatir. “Ni héroe ni traidor”, lo último de Nicolás Savignone, retrata los nerviosos y confusos días antes de la Guerra de Malvinas. Un joven veinteañero que sueña con aprender a tocar el bajo ahora debe cumplir con su rol como ciudadano. Por Lautaro Franchini.
Matías (Juan Grandinetti) realizó el servicio militar obligatorio, pasa sus días tocando el bajo y jugando al fútbol con amigos. Sueña con viajar a España y aprender música, pero no cuenta con ningún plan para concretarlo. Algo que su padre (Rafael Spregelburd) resalta e insiste ya que tampoco trabaja. Del lado de la madre (Inés Estevez), el mensaje es más alentador y trata de acompañarlo y apoyarlo.
Pero un llamado hacia la guerra hará que todo estalle y el futuro cambie por completo. Matías divagará entre pensamientos heroicos y traicioneros, sumado al certero golpe que recibieron sus familiares, novia y amigos, quienes también irán a batallar. El emotivo drama pondrá en contexto al espectador de cómo fueron esos días de miedo e incertidumbre ante la aproximación del enfrentamiento ante Inglaterra.
La Guerra de Malvinas sigue resonando en la Argentina. El golpe de la triste pérdida de miles de caídos en batalla es uno de los temas más dolorosos de nuestra patria. La película mostrará parte de las heridas y las agigantará con su música tenue y las actuaciones discretas del elenco. Más la dirección de Savignone, el relato será difícil de procesar. Al fin y al cado “alguien tiene que ir, ¿no?”.
Puntaje 60/100.