Hay algo que hace ruido en esta propuesta de Andrea Testa, y no tiene que ver con la honestidad de las niñas madres que testimonian sus verdades frente a cámara. Algo más allá de esto, con la puesta, con las preguntas, con la distancia, con el acercamiento excesivo, impiden que su propuesta se consolide como algo diferente a la mediatización de las temáticas de agenda. Ni siquiera su cuidada fotografía permiten ver algo más que ese duro testimonio, “guiado?” de las protagonistas.