Nine

Crítica de Elena Castelli - El rincón del cinéfilo

Retrato de un creador en crisis

“Nine, una vida de pasión” se inspira en “8 y ½”, que Federico Fellini realizó en 1963, protagonizada por Marcello Mastroiani, con Claudia Cardinale, Anouk Aimée, Sandra Milo, Rossella Falk, Barbara Steele.

La historia se desarrolla en la Roma de los años 60, cuando el director Guido Contini esta por empezar el rodaje de su nueva producción, en momentos que sufre una crisis creativa, perseguido por los periodistas (léase paparazzi), su productor y las mujeres con las que estuvo vinculado sentimental y profesionalmente.

Vive un presente desorientado, vacío de ideas para plasmarlas en un nuevo proyecto acosado por su productor, mientras sus días se suceden con una existencia cada vez más confusa, tanto lo que hace a su carrera como a los acontecimientos personales más allá de los sets. La realidad se le confunde con el pasado, con los sueños, los delirios y los fantasmas de los que no puede desprenderse.

“Nine, una vida de pasión” es un gran musical con un potencial de importantes intérpretes, con un Daniel Day Lewis (Guido) que se brinda en una actuación impecable, mientras Marion Cotillard (Luisa) compone con mesura y sensibilidad a la esposa del realizador, sin desentonar Judi Dench (inolvidable Lillí su cuadro musical), Penélope Cruz, Kate Hudson, Nikole Kidman y la presencia señorial de Sophia Loren, como la madre del protagonista.

Escenográficamente logra el marco apropiado para que las acciones trasmitan al espectador el mundo del creador. La música es agradable, en tanto la coreografía aporta dinamismo y reflexión a la atmósfera ideada por Rob Marshall y plasmada visualmente por la fotografía de Dion Beebe. En algunos momentos me trajo algunas reminiscencias, salvando distancias, de “All That Jazz” (1979), de Bob Fosse.