Guido Contini acaba de anunciar que dirigirá una nueva película que se llamará “Italia”. Sin embargo, aún no tiene ni siquiera escrito el guión. Obsesionado con sus últimos fracasos cinematográficos, el director no logra concentrarse y encontrar la punta del ovillo para comenzar a escribir la historia de su nueva película. Y eso lo agobia, lo enferma. Las mujeres de su alrededor, se transformarán en sus musas inspiradoras para encontrarle una solución a este mal que lo aqueja. Su actriz principal, su amante, su asistente, una periodista, una prostituta, su madre y su esposa, estarán allí para hablarle, aconsejarle o torturarle. Pero será finalmente el verdadero amor el que lo impulsará a tomar una decisión.
Nine fue dirigida por el mismo director de Chicago (2002), Rob Marshall. Ésa experiencia en musicales se nota ampliamente en el film, que derrocha glamour, excelencia y majestuosidad en la puesta en escena, y perfección en los cuadros teatrales. Pero es el impecable uso de la retórica lo que hace de éste, una pieza única.
Ésta película es una versión del musical teatral del mismo nombre, inspirado en el film Otto e mezzo de Federico Fellini.
Muchos dicen que Otto e mezzo sería un autorretrato encubierto del propio Fellini. Por ello, si bien el cineasta italiano dio su aprobación para la realización del musical, lo hizo con la condición que no se lo nombrara y que no utilizaran el mismo título de su película. Debido a esto, el musical se llamó Nine.