Evocar a Federico Fellini y a su película “8 y 1/2” es una tarea riesgosa de la cual “Nine” y su director, Rob Marshall, salen indemnes. El acierto radicó en no imitar al director italiano sino en hacer su camino. Para eso eligió como referente la comedia musical estrenada en Broadway en la década del 80 y apeló a canciones, coreografías y un elenco integrado por algunos grandes actores a los que sometió a una dirección rigurosa. La trama gira en torno a un director de cine bastante inmaduro, presionado para que comience a rodar un nuevo filme. Pero el hombre no tiene una sola idea. Lo rodean un grupo de mujeres, reales e imaginarias, que él supone que le complican la vida con celos, culpas e insinuaciones de sexo, mientras evita asumir la responsabilidad que le corresponde por sus decisiones.