NK

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

A tres años del fallecimiento del ex presidente Néstor Carlos Kirchner, y a dos años de comenzada su realización, llega a nuestra cartelera NK, el corte definitivo del documental que Israel Adrián Caetano realizó sobre la figura del líder político proveniente de la Provincia de Santa Cruz. Y es fundamental, trazar los años, y más aún, hablar de un cierre particular, ya que conocidas han sido las circunstancias que atravesó este film desde sus inicios.
A rápido modo de refrescar la memoria, en un principio se realizó un llamado para que particulares alcanzaran imágenes o videos del Presidente captadas por sus propias cámaras y a ser utilizadas en este documental; una vez finalizado, Caetano presentó un primer corte a los productores Fernando “Chino” Navarro y Jorge “Topo” Devoto los cuales lo rechazaron. El proyecto recayó en manos de Paula DeLuque cuyo resultado fue el estrenado en noviembre de 2012, exactamente hace un año. Luego, hace unos meses, se filtró online y televisión abierta aquel primer corte del trabajo de Caetano acrecentando la polémica... Aquí, tenemos la versión del director con renovada edición.
Es así como"NK" ve la luz definitiva ahora en un film mucho más pulcro, cuidado, y en definitiva muy diferente, de aquel corte primario.
Narrar el contenido del documental puede resultar obvio en el caso de una figura tan trascendental, significativa y reciente como la de Kirchner en nuestro país. Caetano se centra en la mirada política, los años de militancia, la gobernación de Santa Cruz, su Presidencia, los hechos más relevantes de ella, y los sucesos políticos más importantes que acontecieron ya como compañero de su esposa y actual Presidente Cristina Fernández.
Las comparaciones son odiosas, obvias, e injustas, pero "NK" llega de la mano de esa comparación, por eso resulta ineludible hablar de ellos.
La mirada de Paula DeLuque en "Néstor Kirchner: La Película" resultaba más emotiva, claramente más cercana a una evocación, tal vez por la cercanía del fallecimiento, se hacía más hincapié en el ámbito privado, en mostrar al Néstor hombre, con su esposa y su familia.
Israel Caetano, prácticamente elude ese costado salvo determinados fragmentos necesarios como de álbum familiar, prevalece el Kirchner político, desde todos sus ángulos, como un recorrido para saber cómo llegó y de dónde llegó.
También esquiva una narración tradicional, NK se estructura a través de fragmentos, cuadros, que van y vienen en el tiempo sin un orden cronológico muy claro más allá que el de contar los días previos, se salta de la juventud, a la Presidencia y de ahí a la Gobernación, o en otro orden, como si fuese un mosaico general.
De fuerte impacto visual, recordando ligeramente a Favio con su Sinfonía de un sentimiento, NK se compone de imágenes alegóricas (como aquellos pingüinos tomados de Werner Herzog), encuadres enigmáticos y captaciones de imágenes deslumbrantes; este talvez sea su punto más alto.
Hay algunos claroscuros, como al mostrar el tríptico Meném-Kirchner-Duhalde, aunque es clara una visión positiva, lo cual no es reprochable, no hay un intento de falsa objetividad. Tampoco hay un claro alegato de alabanza, simplemente se trata de mostrar a una figura y dejar en claro los cambios fundamentales que dejó en nuestra sociedad; si de eso se trata, NK es un documental contundente e irrefutable. Sería interesante una observación de este trabajo sin banderías políticas, sin limitaciones ideológicas, aunque eso, como se demostró en los últimos años y como demuestra esta película, es solo (y nada menos) una utopía.