Sin filtro
Las últimas comedias provenientes del otro lado de la cordillera que he tenido la oportunidad de ver en este tiempo de pandemia han estado teñidas de cierta cuestión de clase que las convierte en intentos más o menos graciosos pero con fallas estructurales y con la sensación mal organizada a la hora de trazar el camino y el contexto de sus personajes.
Parece ser que, a la hora de crear el mundo para ellos, la historia que narrarán, termina pesando más el mensaje (edificante, por cierto) que la realidad que ocupan y el contexto en que se desarrollan y crecen dichas historias. Y es eso justamente lo que hace que se pierdan en una burbuja de sinsentido con chistes desmembrados e ideas sueltas colocadas al azar aquí y allá en una narración con pequeños buenos momentos que solamente se dan en momentos muy puntuales de chistes efectivos y puntos de emocionalidad bien lograda (más algún que otro golpecito bajo) que logran a pesar de cierta aparente desconexión interna.
El despliegue interpretativo del elenco en No estoy loca es excelente y es lo que sostiene en pie a la comedia que nos ocupa en esta ocasión, y que puede verse, como algunos de los estrenos de los que he podido hablarles en el último tiempo, en Apple Tv y Google Play.
El director Nicolás López, quien cuenta en su haber variadas producciones y entre ellas Sin filtro, a partir de la cual se generaron numerosas remakes en el mundo, incluida la versión argentina con Natalia Oreiro (que tuvo inconvenientes a la hora de pensar su estreno porque se empataba con la española, interpretada por Marivel Verdú y Santiago segura, y entonces las fechas se modificaron) logra llevar con paso firme la historia y el elenco. Al menos se sostiene y logra, a pesar de los chistes muy específicos y contados, un film decente a la hora de sopesar su calidad.
No estoy loca es una película aceptable, con buen despliegue interpretativo de los protagonistas, y un trabajo que se sostiene en base a ello y los chistes que, aunque contados, son efectivos.