La historia comienza en 1806, cuando los ingleses invaden la ciudad de Buenos Aires, hasta entonces bajo el mando de la Monarquía Española. Instalados en este nuevo territorio, y para distraer a la población, el General Beresford (Mike Amigorena) les presenta un nuevo juego: el fútbol. La idea es tenerlos entretenidos hasta que lleguen los refuerzos desde Inglaterra. Beresford parece ser fuerte y seguro aunque su estrategia estará guiada por su madre (Mirta Busnelli), una mujer de mucho carácter que digita su vida.
Manolete (Gonzalo Heredia), una especie de empresario de espectáculos, que está siempre a la pesca de algún negocio para mantener contenta a su mujer (Laura Fidalgo), le ha ido mal con su último emprendimiento y está en bancarrota. Piensa que el fútbol puede resultar un buen negocio. Entonces Beresford, que necesita que los criollos sigan distraídos porque sabe que se está formando una resistencia armada, le ofrece a Manolete el gran partido del siglo: Criollos vs Ingleses en la Plaza de Toros. El gran evento se acerca, pero también el ejército comandado por Liniers por la Reconquista de la ciudad.
“No llores por mí, Inglaterra” Es una película para contar ese particular momento de la historia en el que los ingleses traen el fútbol y nosotros lo hacemos pelota.