El nuevo exponente la Nueva Comedia Americana, "No me las toquen", de Kay Cannon, se esfuerza por traer a la actualidad una premisa ya conocida, y a la cual el paso del tiempo le ha jugado en contra. Como todo cine de género, la comedia se maneja por ciclos de éxito, repetición, y fagocitación.
Ya lo venimos advirtiendo, el período de la Nueva Comedia Americana se encuentra en su etapa de crisis, pidiendo su pronta renovación. Aquellos años en los que comedias como "Damas en Guerra", "Ligeramente Embarazada", "Supercool", o "¿Qué pasó ayer?" arribaron para despabilar y hablar de las catarsis generacionales, ya no lucen tan espabilados, mostrando como síntomas la mezcla y repetición de viejas fórmulas adaptadas a este sistema.
"No me las toquen", ópera prima de Kay Cannon, más conocida como guionista y productora, es un claro ejemplo de esto. Repetición de chistes, y una idea general que atrasa varias décadas. Historias de padres sobreprotectores, el síndrome de alienación parental y el nido vacío, la liberación sexual estudiantil. Temas que de alguna u otra forma fueron tratados en comedias "Porky's","American Pie", y "El Padre de la novia".
La más nueva de ese trío el año próximo cumple veinte años (sí muchachos, el tiempo pasa, Jason Biggs ya no es más un adolescente); y no queremos ir más hacia atrás, aunque sin demasiado problema podríamos hacerlo.
Estos tres tópicos son el eje de "No me las toquen", intentando llevarlos a la actualidad ¿con éxito? Julie (Kathryn Newton), Kayla (Geraldine Viswanathan), y Sam ( Gideon Adlon) son tres amigas adolescentes, amigas desde el primer día de colegio que se encuentran a punto de terminar la preparatoria. Para la noche de graduación tienen realizan un pacto, las tres debutarán sexualmente (en serio chicos, tráiganme a la Stiffler femenina y al equivalente al pie de manzana y hacemos el remake de "American Pie").
La tres tienen pareja, Julie es la más sólida en su relación, Sam la menos sólida porque además esconde un “secreto”, es lesbiana y siente una fuerte atracción/ensoñación con una compañera ya declarada.
En realidad, las chicas no son las protagonistas, o no las protagonistas absolutas. Piensen en un American Pie vista a través de los ojos de Eugene Levy y Jennifer Coolidge. O sea, acá veremos qué dicen los padres, con el plus de ser padres cuidas. Lisa (Leslie Mann) es la madre soltera de Julie y se ufana de vivir para ella. De aspecto conservador, le aterra la idea de que su hija crezca.
Para colmo de problemas, Julie guarda otro secreto, no como el de Sam, fue aceptada en universidad muy lejos de casa. Mitchell (John Cena siguiendo los pasos de Dwayne Johnson) es el padre de Kayla, casado, también conservador, muy guardabosques.
Hunter (Ike Barinholtz) es el padre de Sam – que sabe que su hija es lesbiana aunque nunca se lo dijo – separado de su mujer, y por lo tanto, distanciado de su hija.
El trío de padres también había comenzado una amistad el día que sus hijas se conocieron, pero no resistieron al paso del tiempo, y hoy en día ya no se contactan. Cuando por los muchos azares del guion se enteren del pacto de sus hijas, los tres entraran en alerta, y saldrán durante toda la noche a impedir que sus hijas debuten sexualmente.
El guion, del también debutante Brian Kehoe, presenta una idea que fácilmente puede remontarnos mínimamente treinta años atrás. Es más, hasta podríamos encontrar muchísimos paralelismos con los clásicos argentinos del grotesco "Cien veces no debo" y "No me toquen a la nena".
Nuevamente, hasta los padres de "American Pie" eran más modernos, uno que le daba consejos a su hijo para masturbarse, y una golfa que se acostaba con los compañeros de su hijo.
Un rápido análisis hará ver cómo ideas que antes podrían funcionat, en la coyuntura actual, suenan vetustas. Para tratar de traer la historia añejada a la actualidad, "No me las toquen" (que en su original "Blockers", hace referencia desde el título a impedir tener sexo) intenta llenar los cuadros de chistes sexuales y zafados de todo tipo, incluyendo drogas, unos maduros cachondos a cargo de Gary Cole y Gina Gershon, y un diccionario de referencias dobles en emoticones.
Estos chistes, dependerá de cada espectador su efectividad, no son originales, pero pueden llegar a ser efectivos. En cuanto a los personajes, no llegan a estar bien desarrollados, y algunos tenían material para más, como el síndrome de nido vacío de Lisa, o enfocarse más en la relación de amistad trunca de los padres.
Habrá también momentos para algunos mensajes feministas, y menos cosificación de las mujeres que en otras estudiantinas similares.
Quizás este sea el aspecto moderno positivo. Kay Cannon (especialista en comedia feminina, responsable de los guiones de la trilogía "Pitch Perfect" y showrunner de la fallida serie Girlboss) hace su debut en lla dirección de cine con una comedia estándar como "No me las toquen". Una propuesta que, de haber llegado varios años antes, hubiese sido mucho más original y refrescante de lo que se ve ahora como un rejuntado de fórmulas que piden a gritos su jubilación.