Esta crítica llega una semana más tarde porque no pude ir a la función de prensa. Y luego de verla (aun estando en cartel) me pareció pertinente escribir al respecto por dos motivos: primero porque la venden como “Superbad, pero de mujeres”, y segundo, por su altísimo porcentaje en Rotten Tomatoes (83%).
Con toda sinceridad, no entiendo ninguno de los dos motivos. Ya que se esta película en cuestión se encuentra a años luz del film de Greg Mottola de 2007, y los puntajes de la crítica norteamericana son inentendibles.
No solo es una película mala en todos sus aspectos, sino que su postulado es anacrónico para los tiempos que corren y todo el tiempo intentan disfrazarla de otra cosa mediante líneas de diálogo muy pobres.
No se empodera a la mujer y a las adolescentes jóvenes sino todo lo contrario. Y, además, la gran mayoría del metraje es desde el punto de vista de padres (ridículos sí, pero sin gracia).
Y ese es el punto máximo que destacar, porque si más allá de su postulado y mensaje por lo menos causara gracia sería otra cosa. Pero no, ni una sonrisa.
Amén de que las actuaciones son pésimas. ¿John Cena? ¿En serio?, y pobre Leslie Mann, en el peor papel de su carrera.
Por fortuna las adolescentes están bien, y es lo único mínimamente destacable de toda la película.
Me sorprende que una mujer haya dirigido esto, aunque sea su ópera prima, ya que como guionista Kay Cannon hizo muy buenos trabajos en la saga Pitch Perfect.
Aquí se nota a la legua que el guión está escrito por hombres.
Blockers (que se traduciría algo así como “bloqueadores”) es el título original no tan putrefacto como “No me las toquen”, y que le quedaría mejor como analogía a lo que le produce a los espectadores que se pueden llegar a topar con esta propuesta para el olvido.
Ojalá se vengan comedias femeninas teen en serio, graciosas y con una verdadera mirada de ellas.