La comedia es difícil. ¿Por qué empezar esta review con una frase tan obvia? Pues al hacer la alquimia de tragedia + tiempo, si se te va la mano con el tiempo, se puede terminar en una comedia que atrasa, tratando de trágico algo que tenía sentido que lo fuera en el pasado, y no necesariamente en la actualidad. No me las Toquen es, tristemente, uno de esos casos.
Guardabosques
Tres chicas, que llevan una amistad que data del colegio primario, están por tener su baile de graduación. El deseo de ellas es perder la virginidad durante dicho evento. Una con su novio, otra con un chico que tiene en mente y una tercera no muy convencida que consigue a alguien para la ocasión. La trama se complicará cuando sus padres descubran el plan de las chicas y harán hasta lo imposible para seguirlas y evitar que dicho hecho se consume.
La película hace un esfuerzo denodado para explicar el estado de las relaciones que tienen las muchachas con sus padres, con cuestiones que van desde la sobreprotección hasta la ausencia, denotando la falla de carácter en estos de ver que algún día los hijos dejarán el nido y serán adultos como ellos. Si bien esto es expresado con propiedad y nace de las mejores intenciones, lamentablemente los resultados no son graciosos. En absoluto.
Perder la virginidad (o como lo ven los personajes, la inocencia) era un factor “de riesgo” hace 20 años por lo menos. En la actualidad, con educación de por medio, podemos llegar a confiar un poco más en los hijos en comparación a otras épocas. Sin ir más lejos, la película es consciente de lo retrógrada que es la preocupación de sus personajes, y es manifestada por algunas contrapartes. No obstante, incluso esta “apertura de mente” no llega a producir risas, y uno sabe que la película llegó al fondo del barril cuando tienen que recurrir a situaciones tales como tomar cerveza a través de, digamos, un lugar donde la espalda pierde su nombre.
En materia actoral, Ike Barinholtz es el único que consigue aportar exitosamente una cuota de humor con las exageraciones de su personaje. Tristemente no podemos decir lo mismo de John Cena yLeslie Mann, quienes a pesar de sus mejores esfuerzos no consiguen que apreciemos, ya sea por gracia o ternura, las preocupaciones y obsesiones de estos personajes.
En materia técnica no hay mucho que decir, un tratamiento estándar que se limita a apoyar lo interpretativo.
Conclusión
No me las Toquen es una propuesta que puede parecer entretenida y a la cual no hay que exigirle mucho. Pero queda en solo una promesa, porque si bien hay quienes se identificarán con la travesía de estos padres (y de sus hijos) se queda apenas en ese punto de partida y no lo lleva más lejos.