No miren arriba

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Mientras Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) estudiaba el cielo con el telescopio del observatorio preparándose para conseguir su doctorado, no tenía idea de que estaba a punto de bautizar un cometa hasta entonces desconocido. Mucho menos que en pocas horas, junto a su profesor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), iban a confirmar que se encontraba en inevitable trayectoria de colisión con la Tierra, lo que provocaría un evento de extinción masiva.

La noticia es aterradora, pero al menos tienen seis meses hasta que el cometa llegue a la Tierra. En cuanto se contactan con la NASA, reciben todo el apoyo del Dr. Teddy Oglethorpe (Rob Morgan), quien inmediatamente se encarga de llevarlos hasta la Casa Blanca. Pero para su desconcierto, allí son subestimados por la presidenta Orlean (Meryl Streep) y su jefe de Gabinete (Jonah Hill), por lo que no tienen más alternativa que salir a difundir la noticia por sus propios medios, esperando que la reacción pública los obligue a tomar acciones. Eso si es que logran llamar más la atención que la separación de la artista pop de moda o el escándalo político de turno, claro.

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Alta Peli

CRÍTICASNo Miren Arriba (REVIEW)

El fin del mundo no es noticia.

por

Matías Seoane

publicada el 28/12/2021

No Miren Arriba, que la noticia está adelante. Crítica, a Continuación.

Mientras Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) estudiaba el cielo con el telescopio del observatorio preparándose para conseguir su doctorado, no tenía idea de que estaba a punto de bautizar un cometa hasta entonces desconocido. Mucho menos que en pocas horas, junto a su profesor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), iban a confirmar que se encontraba en inevitable trayectoria de colisión con la Tierra, lo que provocaría un evento de extinción masiva.

La noticia es aterradora, pero al menos tienen seis meses hasta que el cometa llegue a la Tierra. En cuanto se contactan con la NASA, reciben todo el apoyo del Dr. Teddy Oglethorpe (Rob Morgan), quien inmediatamente se encarga de llevarlos hasta la Casa Blanca. Pero para su desconcierto, allí son subestimados por la presidenta Orlean (Meryl Streep) y su jefe de Gabinete (Jonah Hill), por lo que no tienen más alternativa que salir a difundir la noticia por sus propios medios, esperando que la reacción pública los obligue a tomar acciones. Eso si es que logran llamar más la atención que la separación de la artista pop de moda o el escándalo político de turno, claro.

No Miren Arriba, lo que la pandemia rompió

Muchas de las historias que veamos en la pantalla durante los próximos años serán afectadas por todo lo que vivimos desde el inicio de la pandemia en 2020, pero si hay un género que seguramente resultará el más afectado será el del cine catástrofe. En los últimos dos años, la realidad no solo puso en duda la verosimilitud de un género que ya de por sí tenía sus límites bastante lejos: también corrió las fronteras entre la parodia y la comedia, bajando al plano de lo cotidiano ideas que hasta hace unos pocos años solamente podíamos considerar una broma.

El género que parodia No Miren Arriba (Don’t look up) siempre explota una premisa simple: una amenaza imparable es enfrentada por un grupo de personas que se reúnen para hacer un esfuerzo sobrehumano que les permita encontrar la forma de sobrevivir, muchas veces salvando al mundo entero en el camino. No Miren Arriba subvierte ese concepto planteando la idea de que disparar el cohete que desvíe el meteorito que se dirige a la Tierra podría ser el menor de los problemas al que se enfrenten los protagonistas, porque ninguna amenaza es lo suficientemente seria como para que la humanidad deje de lado su mezquindad y actúe de forma unificada por el bien común. 

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CRÍTICASNo Miren Arriba (REVIEW)

El fin del mundo no es noticia.

por

Matías Seoane

publicada el 28/12/2021

No Miren Arriba, que la noticia está adelante. Crítica, a Continuación.

Mientras Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) estudiaba el cielo con el telescopio del observatorio preparándose para conseguir su doctorado, no tenía idea de que estaba a punto de bautizar un cometa hasta entonces desconocido. Mucho menos que en pocas horas, junto a su profesor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), iban a confirmar que se encontraba en inevitable trayectoria de colisión con la Tierra, lo que provocaría un evento de extinción masiva.

La noticia es aterradora, pero al menos tienen seis meses hasta que el cometa llegue a la Tierra. En cuanto se contactan con la NASA, reciben todo el apoyo del Dr. Teddy Oglethorpe (Rob Morgan), quien inmediatamente se encarga de llevarlos hasta la Casa Blanca. Pero para su desconcierto, allí son subestimados por la presidenta Orlean (Meryl Streep) y su jefe de Gabinete (Jonah Hill), por lo que no tienen más alternativa que salir a difundir la noticia por sus propios medios, esperando que la reacción pública los obligue a tomar acciones. Eso si es que logran llamar más la atención que la separación de la artista pop de moda o el escándalo político de turno, claro.

No Miren Arriba, lo que la pandemia rompió

Muchas de las historias que veamos en la pantalla durante los próximos años serán afectadas por todo lo que vivimos desde el inicio de la pandemia en 2020, pero si hay un género que seguramente resultará el más afectado será el del cine catástrofe. En los últimos dos años, la realidad no solo puso en duda la verosimilitud de un género que ya de por sí tenía sus límites bastante lejos: también corrió las fronteras entre la parodia y la comedia, bajando al plano de lo cotidiano ideas que hasta hace unos pocos años solamente podíamos considerar una broma.

El género que parodia No Miren Arriba (Don’t look up) siempre explota una premisa simple: una amenaza imparable es enfrentada por un grupo de personas que se reúnen para hacer un esfuerzo sobrehumano que les permita encontrar la forma de sobrevivir, muchas veces salvando al mundo entero en el camino. No Miren Arriba subvierte ese concepto planteando la idea de que disparar el cohete que desvíe el meteorito que se dirige a la Tierra podría ser el menor de los problemas al que se enfrenten los protagonistas, porque ninguna amenaza es lo suficientemente seria como para que la humanidad deje de lado su mezquindad y actúe de forma unificada por el bien común. 

La mayor parte del tiempo, el humor de No Miren Arriba se sostiene simplemente generando situaciones absurdas pero verosímiles que llenan de desesperación a la dupla protagonista, pero que el resto de los personajes reciben con completa naturalidad. Los diálogos precisos, el montaje dinámico y la mesurada actuación del elenco multiestelar hacen de No Miren Arriba una sátira de discurso transparente pero efectivo, que no necesita forzar gags ni gastar tiempo en explicaciones. 

Al igual que el promedio del cine catástrofe, No Miren Arriba tampoco necesita una trama sólida y anclada en la realidad para avanzar, pero muestra con bastante amplitud cómo distintos sectores sociales responden ante la llegada del cometa sin dejar a nadie del todo bien parado. 

No es la primera vez que el director Adam McKay (Vice, The Big Short) toma historias reales y cotidianas de la política con una mirada ácida; es visible la relación entre esas películas previas y lo que propone en No Miren Arriba, aunque esta vez no hay sutileza ni disimulo en lo que expone.

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CRÍTICASNo Miren Arriba (REVIEW)

El fin del mundo no es noticia.

por

Matías Seoane

publicada el 28/12/2021

No Miren Arriba, que la noticia está adelante. Crítica, a Continuación.

Mientras Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) estudiaba el cielo con el telescopio del observatorio preparándose para conseguir su doctorado, no tenía idea de que estaba a punto de bautizar un cometa hasta entonces desconocido. Mucho menos que en pocas horas, junto a su profesor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), iban a confirmar que se encontraba en inevitable trayectoria de colisión con la Tierra, lo que provocaría un evento de extinción masiva.

La noticia es aterradora, pero al menos tienen seis meses hasta que el cometa llegue a la Tierra. En cuanto se contactan con la NASA, reciben todo el apoyo del Dr. Teddy Oglethorpe (Rob Morgan), quien inmediatamente se encarga de llevarlos hasta la Casa Blanca. Pero para su desconcierto, allí son subestimados por la presidenta Orlean (Meryl Streep) y su jefe de Gabinete (Jonah Hill), por lo que no tienen más alternativa que salir a difundir la noticia por sus propios medios, esperando que la reacción pública los obligue a tomar acciones. Eso si es que logran llamar más la atención que la separación de la artista pop de moda o el escándalo político de turno, claro.

No Miren Arriba, lo que la pandemia rompió

Muchas de las historias que veamos en la pantalla durante los próximos años serán afectadas por todo lo que vivimos desde el inicio de la pandemia en 2020, pero si hay un género que seguramente resultará el más afectado será el del cine catástrofe. En los últimos dos años, la realidad no solo puso en duda la verosimilitud de un género que ya de por sí tenía sus límites bastante lejos: también corrió las fronteras entre la parodia y la comedia, bajando al plano de lo cotidiano ideas que hasta hace unos pocos años solamente podíamos considerar una broma.

El género que parodia No Miren Arriba (Don’t look up) siempre explota una premisa simple: una amenaza imparable es enfrentada por un grupo de personas que se reúnen para hacer un esfuerzo sobrehumano que les permita encontrar la forma de sobrevivir, muchas veces salvando al mundo entero en el camino. No Miren Arriba subvierte ese concepto planteando la idea de que disparar el cohete que desvíe el meteorito que se dirige a la Tierra podría ser el menor de los problemas al que se enfrenten los protagonistas, porque ninguna amenaza es lo suficientemente seria como para que la humanidad deje de lado su mezquindad y actúe de forma unificada por el bien común. 

La mayor parte del tiempo, el humor de No Miren Arriba se sostiene simplemente generando situaciones absurdas pero verosímiles que llenan de desesperación a la dupla protagonista, pero que el resto de los personajes reciben con completa naturalidad. Los diálogos precisos, el montaje dinámico y la mesurada actuación del elenco multiestelar hacen de No Miren Arriba una sátira de discurso transparente pero efectivo, que no necesita forzar gags ni gastar tiempo en explicaciones. 

Al igual que el promedio del cine catástrofe, No Miren Arriba tampoco necesita una trama sólida y anclada en la realidad para avanzar, pero muestra con bastante amplitud cómo distintos sectores sociales responden ante la llegada del cometa sin dejar a nadie del todo bien parado. 

No es la primera vez que el director Adam McKay (Vice, The Big Short) toma historias reales y cotidianas de la política con una mirada ácida; es visible la relación entre esas películas previas y lo que propone en No Miren Arriba, aunque esta vez no hay sutileza ni disimulo en lo que expone.

Si en Vice se centra en la mezquindad de los políticos y en The Big Short en la estupidez de una parte del sistema financiero que por codicia causa un desastre, en Don’t look up toma todo ello y le suma como factor dominante la apatía generalizada de una sociedad desinteresada en cualquier cosa que no sea una respuesta fácil e inmediata, que permita sin mayores preocupaciones seguir consumiendo y entreteniéndose en la acelerada vida cotidiana actual. Una realidad que No Miren Arriba denuncia gobernada por algoritmos de redes sociales y videos de menos de un minuto.