Esta película empieza lentamente, luego se vuelve original, pero finalmente demasiado previsible y grotesca. La protagonista es India Eisley, una adolescente problemática que sufre bullyng en el colegio; tampoco se lleva bien con su familia, de clase media alta, con un padre cirujano plástico que también tiene sus problemitas. El asunto es que en uno de sus tantos momentos conflictivos ella hace contacto con su mitad siniestra, materializada en su otro yo reflejado en el espejo -de ahí el “no mires” del titulo-. El argumento está planteado con una narrativa descriptiva que provoca que el punto de contacto entre ambas personalidades tenga lugar promediando la proyección, y de ahí en adelante, obviamente, el lado siniestro queda desencadenado y empieza a cometer todo tipo de fechorías, tanto sexuales como homicidas.
Esta dualidad, por momentos, genera escenas interesantes y bastante bien actuadas por la exigida Eisley en un doble papel de buena/mala, pero pronto el guión se va a la banquina con maldades desaforadas y, sobre todo, con una explicación que ni bien se insinúa se torna totalmente obvia. Como terror adolescente daba para más.