Ventana al inconsciente.
Cuando nos observamos al espejo por un prolongado lapso de tiempo, suceden cuestiones inexplicables. Pocos se atreven a enfrentar su propia mirada, lo que escondemos hasta de nosotros mismos. Nuestro misterioso inconsciente, pensamientos, deseos y, en definitiva, quiénes somos realmente, la mirada del alma que no siempre es benévola.
Look away (2018), es el último film del director y guionista israelí Assaf Bernstein. En esta oportunidad, nos entrega un thriller psicológico que cuenta la historia de María (India Eisley), una solitaria y tímida estudiante que se refugia en conversaciones con su propio reflejo en el espejo ante la falta de amigos y de apoyo familiar, ya que vive en una lujosa casa con su padre que es cirujano plástico, engaña a su madre con clientas, María desconoce el “calor de un hogar”. En el espejo hallará a su gemela malvada: Airam, la única que la estimula a liberarse de esa realidad en la que es rechazada, a la vez que la tienta a cambiar su vida reemplazándola; María acepta el intercambio de roles con Airam, pero esta nueva “libertad”, en vez de brindarle soluciones, le costará muy cara, -resultando presa de sus sentimientos más reprimidos y oscuros-, desencadenando una serie de terribles sucesos que no podrá evitar.
Esta es una película en donde el suspenso ocupa un lugar preponderante. Cuenta con la destacada actuación de India Eisley, ya que interpreta dos roles antagónicos de la misma persona, con cierta reminiscencia a Carrie (1976), por ser la chica bonita pero excluida y maltratada en una fiesta, que buscará venganza y a Persona (1966), por los planos del rostro, la iluminación, además de la mirada de María y sus secretos. El director genera así una atmósfera atractiva desde la fotografía, la música, hasta las lúgubres locaciones -la casa de María con una decoración minimalista, el bosque nevado y caminos sinuosos-. En cuanto al guion, existen incoherencias y situaciones que quizás pueden parecer absurdas o desenlaces predecibles, no obstante, son adecuados ya que no desentonan con el género.
Da la sensación de que se trata de una película más de suspenso o terror si se observa al pasar, sin embargo y con un breve análisis, nos damos cuenta que tiene condimentos interesantes: el reflejo doble de María en un espejo partido por la mitad, como indicio de que algo en ella se quebró para siempre y la atinada elección del trasfondo de la historia, para nada inocente, con el que más de un espectador se sentirá identificado.