Nuevo y exitoso producto (por lo menos en Italia, donde batió récords) de la dupla Gennaro Nunziante-Checco Zalone. Es, más allá de sus trazos gruesos, un homenaje al empleo público. Esa es la esencia de esta comedia liviana y estereotipada, muy tana y gritona, que tiene como protagonista a un hombre inmaduro y alocado que vive con sus padres.
Está enamorado de su escritorio, del seguro social, de las vacaciones, sobre todo de la seguridad que le garantiza el Estado. Pero llega el achique a su oficina y recibirá un ultimátum de sus superiores: o renuncia y acepta una jugosa indemnización o deberá ir a prestar servicio a lugares impensados. Pero el tipo no renuncia.
Y la película se apoya en esa larga puja entre una jefa que quiere que renuncie y este personaje que ha hecho de su “¡no renuncio!” una filosofía de vida. A veces divierte.